Las sobrevivientes de feminicidio (aún) pueden contar su historia

Los intentos de feminicidio van en aumento y la gravedad de las lesiones y secuelas son cada vez más violentas.

Las sobrevivientes de feminicidio (aún) pueden contar su historia

Por Gloria Piña

Es solamente acoso, le dijeron a Yuliana López. La Fiscalía de Veracruz aseguró que no había pruebas suficientes para acreditar que el estrangulamiento, golpes y tortura a lo que sobrevivió, fueran un intento de feminicidio.

Su agresor no dejaba de seguirla. Se lo encontraba en los bancos, en el cine, cerca de la escuela de su hijo. Al salir a correr, él le doblaba el paso y le respiraba sobre el cuello, le golpeaba el hombro. Llevándose dos dedos sobre sus ojos, la señalaba y advertía “te estoy observando''. Las cámaras de vigilancia que Yuliana instaló por temor en su casa aún captan la imagen de Carlos “N”.

Un año antes de violentarla, él presuntamente cometió un feminicidio dentro de un departamento del fraccionamiento “Casas Homex” en Xalapa. Mató a su ex pareja de 40 puñaladas.

Yuliana no tiene duda que eso trató de hacer con ella cuando la amenazó serpenteando una navaja sobre su cuello. Si la justicia no actúa, la violencia contra ella podría consumarse en un feminicidio.

La antesala de la violencia feminicida existe, puede prevenirse, pero las autoridades en México han decidido no hacerlo. Esto con la falta de reconocimiento legislativo, la carencia de perspectiva de género en el acceso a la justicia, la efectividad de las medidas de protección, hasta garantizar la reparación integral del daño y la no repetición.

Los intentos de feminicidio van en aumento y la gravedad de las lesiones y secuelas son cada vez más violentas. Lo vemos en los ataques con ácido y sustancias químicas; pero también aquellas mujeres que han tratado de asesinar quemándolas en vida.

La tentativa de feminicidio aún no es reconocida en las leyes. Sólo cuatro estados contemplan la literalidad en sus Códigos Penales, y la propuesta por armonizar el delito a nivel nacional apenas fue aprobada en la Cámara de Diputados. El grito de auxilio sigue siendo ignorado por los Senadores.

De este delito no hay “otros datos” que el presidente Andrés Manuel López Obrador pueda refutar, porque sencillamente no existen. Ni el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública en las estadísticas de incidencia delictiva, ni el CONAVIM, ni siquiera INMUJERES tienen un registro de los intentos de feminicidio que ocurren en México.

Esto provoca, también, que exista una gran cifra negra en los atentados porque suelen reclasificarse como lesiones dolosas o violencia familiar.

Casos como las quemaduras con ácido han sido clasificadas en Ministerios Públicos como “lesiones dolosas que tardan 15 días en sanar”. La realidad es que las afectaciones en la salud de ellas quedan de por vida.

Le ocurrió a Carmen Sánchez, sobreviviente de ataque con ácido en el Estado de México; pero también a Elisa Xolalpa quien además las autoridades de la Ciudad de México le “perdieron” su carpeta de investigación. Han tenido que luchar para que sus casos sean reclasificados.

En la investigación “Las Sobrevivientes Olvidadas por la Justicia” que realicé con el apoyo de Connectas y el International Center For Journalist pudimos documentar la primera radiografía de la falta de justicia para los intentos de feminicidio en todo el país.

Tras realizar más de un centenar de solicitudes de acceso a la información a fiscalías y poderes judiciales, revelamos que del año 2012 a 2020 se registraron más de 1.7 millones de ataques violentos contra mujeres pero menos del 0.05% fueron clasificados como tentativa de feminicidio.

Se trata de 595 investigaciones diarias por agresiones físicas en contra de mujeres: quemaduras, estrangulamientos, golpes, lesiones con armas blancas o de fuego.

Sin embargo, de este total el 68% de los casos, es decir 1 millón 158 mil 166 carpetas de investigación, se abrieron por violencia familiar; el 32%, 553 mil 575 casos, por lesiones dolosas y sólo 781 agresiones fueron juzgadas como intentos de feminicidio, menos del 0.05%.

Si aún hay Ministerios Públicos, peritos y jueces que se resisten a considerar los asesinatos de mujeres como feminicidios, las tentativas tienen el doble de obstrucción.

“Sí te golpeó, pero no intentó matarte”, “¿Por qué reclamas tanto si todavía estás viva?”, son algunas frases de revictimización que las sobrevivientes escuchan al ir a denunciar.

Para la investigación también se hizo un reportaje documental junto a mi colega Marco Gutiérrez Álvarez del Castillo. En él escuchamos la historia de Yuliana, la de Carolina Ramírez, a la familia de Abril Pérez Sagaón, asesinada tras denunciar un intento de feminicidio, y la de Jeysol Amaya quien sobrevivió a un ataque de más de 30 puñaladas en su cuerpo.

Su historia nos rompió. Pero más fue el coraje hacia la justicia en México, de saber que no importa que exista una sentencia condenatoria, el agresor puede seguir en libertad y para las mujeres no hay reparación del daño.

Jeysol vive en Campeche y ha intentado seguir trabajando para mantener a sus hijos pese a su condición de salud. No puede caminar mucho porque le sofocan los daños en su cuerpo por las heridas; tiene obstrucciones en la garganta que le impiden comer con normalidad y sus tendones en las manos quedaron sin fuerza tras detener los cuchillos con los que querían asesinarla.

Ella es la muestra de que la reparación integral del daño es una utopía al sobrevivir en un país de víctimas.

Caso similar el de Elena Ríos, saxofonista y sobreviviente de feminicidio de ataque con ácido; también las mujeres de la Fundación Carmen Sánchez, que han tenido que buscar convenios de apoyo en salud con instituciones privadas para solventar lo que el Estado les ha negado para atender sus quemaduras.

No hay tratamientos médicos especializados, ni terapias de rehabilitación, ni psicológicas, ni apoyo para el empleo, ni manera en que las sobrevivientes de feminicidio puedan recuperar su vida tal como era antes de la agresión.

Mientras que el gobierno no ponga atención en ellas, que aún pueden contar de viva voz su historia,  escucharlas, atenderlas y protegerlas, México seguirá siendo un país feminicida.

@gloriaPE_

Gloria Piña es periodista de investigación y documentalista en la Ciudad de México. Directora del documental “Las Sobrevivientes, Olvidadas por la Justicia”, que fue galardonado con el Premio Breach / Valdez  de Periodismo y Derechos Humanos 2022.

Sus reportajes se han especializado en violencia de género, derechos humanos, migración y corrupción publicados en diversos medios como El Universal, EMEEQUIS, La Silla Rota, Fusión México, El Heraldo de México, entre otros.


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