Rusia-Ucrania: totalitarismo y orden internacional

Ucrania no es miembro de la OTAN, por lo tanto, no puede invocar el art. 5 del Tratado que llama a la defensa colectiva.

Rusia-Ucrania: totalitarismo y orden internacional

Por: Martha Bárcena Coqui, Embajadora Eminente.

En estos aciagos días hay que releer a los grandes pensadores,  “Los Orígenes del Totalitarismo” de Hannah Arendt, que da luz sobre el drama de la agresión armada de Rusia a Ucrania.

Una de las características del totalitarismo, según Arendt, es la mentira sistemática. Los regímenes totalitarios suelen ir contra sus propios intereses nacionales y su población. Arendt recuerda en dicha obra que la guerra de Stalin contra Ucrania al inicio de los años 30 fue más efectiva, acabó con más personas, que la sangrienta invasión alemana a dicho país en la II Guerra Mundial.

Afirma también que detrás de las políticas totalitarias se esconden conceptos de poder y realidad, que tienen un desprecio profundo por las consecuencias de sus actos, el abandono de los intereses nacionales, en lugar de un nacionalismo y la fe en un mundo ideológico ficticio.

Si no se tienen en cuenta estas características cuesta trabajo entender cómo el presidente de Rusia aisló a su país, mintió al mundo asegurando que no invadiría Ucrania, para luego iniciar una “operación militar especial” a través de supuestas fuerzas de “mantenimiento de la paz”. Una operación de manipulación del lenguaje que el propio secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, denunció.

La Federación Rusa tiene derecho a plantear su posición y demandas en materia de seguridad, incluyendo la exigencia de la no ampliación de la OTAN y el retiro de armas nucleares en Europa orientadas a territorio ruso, así como a defender su concepción de la historia y relaciones entre Rusia y Ucrania, lo que NO tiene derecho es a violar la Carta de Naciones Unidas y los principios de derecho internacional que, como estado miembro de la ONU y, aún más como miembro permanente del Consejo de Seguridad, se comprometió a respetar y defender. No hay consideraciones históricas o geopolíticas que justifiquen la agresión a un país libre y soberano.

Ante tal actitud, México tenía que emitir una condena enérgica ante la agresión, la exigencia del cese de hostilidades y recordar el imperativo de protección a la población civil y el respeto al Derecho Internacional Humanitario.

A partir de esa clara posición de México y de la inmensa mayoría de los países miembros de la ONU, se pueden reanudar los mecanismos diplomáticos de diálogo que el presidente de la Federación Rusa despreció: el formato Normandía, los Acuerdos de Minsk y la propia Naciones Unidas.

Hay quienes consideran que Putin ha “ganado” porque EU y los países europeos no entraron al teatro de guerra y han dejado solo a Ucrania. Creo que para un análisis habría que tener en cuenta los siguientes elementos:

Ucrania no es miembro de la OTAN, por lo tanto, no puede invocar el art. 5 del Tratado que llama a la defensa colectiva. Lo que hasta ahora han hecho EU y los países europeos es enviar armamento a Ucrania, así como compartir información de inteligencia. Una intervención directa de cualquiera de los ejércitos de los países miembros de la OTAN pudiera desencadenar una guerra mundial.

La OTAN ha fortalecido su flanco oriental con base en la petición de varios países miembros, los bálticos entre ellos, para revisar la amenaza a la integridad territorial de dichos estados.

EU y Europa han adoptado sanciones contra el propio presidente Putin, su ministro de defensa, el canciller Lavrov y líderes de la oligarquía rusa. Hasta ahora dichas sanciones no han disuadido al presidente Putin de suspender la agresión a Ucrania. Se consideran sanciones adicionales como la expulsión de Rusia del sistema SWIFT que ordena las transferencias internacionales interbancarias.

Ahora bien, la agresión rusa representa un reto al orden internacional. La pregunta es: ¿significa el fin del orden vigente desde la posguerra, el inicio de una nueva etapa, el retorno a la guerra fría?

De la respuesta a estos interrogantes dependerá el planteamiento de la acción exterior de México en los años venideros, con base en su historia, en sus principios de política exterior, en sus intereses nacionales,  en su tradición diplomática expresada en el rechazo al Anschluss, a la invasión de Etiopía, contra la segunda guerra de Irak, la invasión rusa a Afganistán, la invasión a Granada, el bombardeo a Panamá, el no reconocimiento a Kosovo, a Osetia del Sur, a Abjasia.

Veremos en los próximos años una reorganización de los mecanismos y alianzas regionales, de la arquitectura de seguridad regional y mundial, del panorama energético global.

Se enfrentará el reto de rescatar y fortalecer un sistema multilateral debilitado por esta guerra de agresión y de recuperar la confianza en la diplomacia que, no hay duda, falló para impedir la invasión a Ucrania y sentar a todas las partes involucradas a la mesa a fin de resolver pacíficamente sus diferencias.

@martha_barcena

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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