Cada año, desde hace diez, me doy a la feliz tarea de impartir en octubre clases de cocina a pacientes con cáncer de mama. Digo feliz por el aprendizaje de todas nosotras, unidas por los sabores rosados en la trinchera del fuego, es decir, en la matriz de la imaginación femenina que es sólo un medio para compartir historias s…