Queremos emprendedoras boyantes

En México el mundo de las startups tiene encanto, brillo, posibilidades de éxito, pero también existen el acoso, las brechas y la disparidad. ¿Podemos deshacernos de lo desafortunado?

Queremos emprendedoras boyantes
Regina Reyes-Heroles

Durante este periodo de pandemia se presentó en mi vida la oportunidad de cofundar una startup y decidí tomarla. En este proceso me he adentrado en el mundo emprendedor desde otro ángulo, no del de periodista que entrevista, conoce los datos y comunica, sino como emprendedora que debe crear, repensar, discutir, negociar, invertir, entrar en pánico escénico y retomar la calma.

Mi ruta ha sido sensacional. De mis cofundadores en Uellbee he aprendido mucho; agradezco que compartimos experiencias geniales y las no tan geniales con fluidez. Estamos iniciando y es emocionante que los retos tan solo se asoman.

Una de las más gratas sorpresas de esta nueva aventura ha sido la increíble cultura de sororidad de las emprendedoras que no había experimentado en otras facetas de mi vida profesional. Un ejemplo es este texto de Jaina Pereyra sobre las lecciones que podrían ayudar a otras; otro son cenas digitales de mujeres que escuchan tu elevator pitch para asesorarte y encontrar aliados.

Lamentablemente, hay un lado duro de historias que muestran lo complejo de ser mujer y liderar una empresa en México. Esas duelen y son en las que sigo pensando:

  • Una emprendedora que por la pandemia asumió la carga financiera al 100% de su hogar y familia para luego sufrir acoso psicológico de su pareja. Al ser ella la principal y única proveedora económica, parecía que había razón para los constantes celos, ataques y acoso.
  • Otra que ha picado piedra para conseguir fondos para su proyecto que apoya al crecimiento de más mujeres emprendedoras en el país, mientras hay empresas en el mismo sector/nivel/capacidad/etapa pero fundadas por uno o varios hombres que han conseguido más capital de inversionistas en el mismo periodo.
  • Y una emprendedora más a quien nadie le ha dicho que luche por tener un ingreso parejo con su cofundador hombre. A todos pareciera normal que él tenga un ingreso mayor porque sabe más de finanzas, de economía, de conseguir inversionistas, mientras ella se encarga de operar el día a día: pesar, medir, empacar y entregar los productos, administrar personal y seguir produciendo lo que venden.

Las historias coinciden con los datos.

  • El nivel de violencia hacia las mujeres se quintuplicó y, en promedio, cada día en México 10 féminas son asesinadas.
  • Las mexicanas ganamos 14.6% menos que los mexicanos y de los más de 2 millones de empleos perdidos en los últimos 24 meses 70% corresponde a trabajadoras.
  • Las empresas fundadas por mujeres emprendedoras reciben menos inversión. Solo 1% de ellas recibió fondeo de inversionistas ángeles y solo 2% recibió financiamiento a través de fondos de inversión.

Estas historias y datos contrastan con la sororidad que he encontrado en el ecosistema, pero impulsan la necesidad de deshacerse de lo desafortunado e impulsar lo positivo. Comparto tres iniciativas recientes.

La Asociación de Emprendedores de México (Asem) acaba de anunciar un programa integral para impulsar el emprendimiento femenino vía prevención, capacitación y formación de mujeres emprendedoras, así como acompañamiento, orientación y denuncia ante casos de violencia de género. Así propone la Asem mejorar el entorno:

  • Crearon con Human Endeavor Canal Mujeres Asem, un call center y correo electrónico para atender dudas, incidencias y denuncias de casos de abuso y acoso. El tiempo de respuesta es de 48 horas y se canalizará, en caso de ser necesario, a las emprendedoras con abogados laboristas o penalistas. El correo es mujeres@asem.mx y el teléfono 55 6349 5197.
  • Liderar conversaciones con actores en el ecosistema para impulsar herramientas de comportamiento y comunicación que permitan un entorno seguro, de respeto y equitativo.
  • Capacitar a mujeres fundadoras de empresas formales y con más de tres años en operación para mejorar sus finanzas e incrementar sus posibilidades de conseguir financiamiento e inversión.

Otro esfuerzo anunciado esta semana es de AT&T México, eNovadoras, que elegirá a 10 emprendedoras mexicanas que sean propietarias o accionistas mayoritarias de una startup para darles un capital semilla de 10 mil dólares a cada una y acompañamiento para promover sus emprendimientos. Este esfuerzo es para emprendimientos tecnológicos porque solo 15% de ellos están encabezados por mujeres. Claro, como el financiamiento es uno de los grandes obstáculos, y si además se recibe menos por ser mujer, sus negocios tienen un futuro más sombrío.

Y uno más: Escuela Imparables, un reality show de E Online Latino de emprendedoras mujeres con mentoras mujeres que premió ayer a Tania Pimentel de Women Index.

Todo esfuerzo es y será bienvenido; ojalá los que vengan surjan de todos los participantes del ecosistema, desde los mismos emprendedores, las instituciones que los financian, las academias que los preparan, los aceleradores que los impulsan, las grandes empresas que aprovechan su innovación y hasta el gobierno que recibe el pago de sus impuestos y aportaciones a la seguridad social.

No hay que olvidar que los emprendedores en México tienen el poder de mover la economía del país y generan ocho de cada 10 empleos. Por eso no puede haber actor desenfocado en la meta: un ecosistema boyante, creador, innovador, formal, respetuoso, seguro, generoso, digno y representante de todos sus participantes. ¡Vayamos por eso!

@vivircomoreina

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.