Por Ana Cecilia Pérez
Cuando creíamos que lo más difícil sería aprender a convivir con la inteligencia artificial, aparece una nueva forma de engañarnos: creer que podemos usarla para parecer mejores, sin consecuencias.
Cluely es una herramienta de IA que te “asiste” en tiempo real mientras hablas: entrevistas de trabajo, exámenes en línea, reuniones laborales. Te susurra respuestas “inteligentes”, bien redactadas y con argumentos sólidos, incluso si tú no tienes la más mínima idea de lo que estás diciendo. El objetivo: que parezcas brillante. El efecto: que tal vez te lo creas tú también.
Vivimos en una época donde la presión por destacar es asfixiante. Donde un error en una entrevista, una respuesta débil en una videollamada o una vacilación en un pitch puede marcar la diferencia entre conseguir una oportunidad o perderla. En ese contexto, Cluely se presenta como un salvavidas. Pero lo que parece ayuda, puede ser una trampa.
Porque el problema no es la herramienta, sino lo que estamos normalizando: que está bien aparentar. Que si no sabes, simulas. Que si no puedes, la tecnología lo hace por ti.
Hace unos días, una amiga me confesó que había usado una app parecida para una entrevista. “No podía fallar”, me dijo. Pero al colgar, se sintió vacía. No por el resultado, sino porque no se reconocía en sus propias palabras. Esa es la trampa más sutil: cuando, de tanto fingir, nos desconectamos de lo que somos.
SUSCRÍBETE PARA LEER LA COLUMNA COMPLETA...