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Por Lourdes Encinas

Hace unas semanas, varios medios de comunicación publicaron que la Academia Mexicana de la Lengua (AML) reconoció, aceptó, confirmó o incorporó al diccionario el neologismo nadaqueveriento, popularizado en redes sociales por la creadora de contenido Karina Torres.

Nada de eso sucedió por la sencilla razón de que no es función de las academias ni de los diccionarios autorizar el uso de las palabras, sino registrar, estudiar y explicar su significado conforme al uso que le damos los hablantes.

La propia AML establece que su objetivo es: “el análisis, el estudio y la difusión de la lengua española en todos sus ámbitos, con particular atención a los modos y características de su expresión oral y escrita en México, así como a sus relaciones e intercambios lingüísticos con las lenguas originarias de México”. Puede consultarlo en su página web.

Lo que en este caso ocurrió fue que la AML publicó en su sección de Dudas Frecuentes la respuesta a una consulta sobre el origen y significado del vocablo nadaqueveriento. Puede leerse completa aquí: https://academia.org.mx/consultas/consultas-frecuentes/item/nadaqueveriento-a.

En resumen, se explica que nadaqueveriento, -ta es un adjetivo coloquial y popular, derivado de la locución nada que ver, y significa “inoportuno, irrelevante, inadecuado, sin relación”. Se le considera un vocablo de reciente creación (neologismo) exclusivo de México.

Por ejemplo, cuando Karina dice: “Ya llegué, vulgar. Espero no te sientas menos con mi presencia de alto impacto. Saluditos, mujer nadaqueverienta”, y otras frases similares que usa en redes sociales y son replicadas en otras cuentas, especialmente en TikTok.

La Academia publica este tipo de explicaciones con frecuencia, muchas veces en respuesta a consultas (yo misma he realizado algunas). En la misma sección se encuentran las de otros vocablos, como: godínez (oficinista), oofmi (seguidor, amigo), o neni (mujer dedicada al comercio informal en internet, donde incluso se subraya su connotación misógina).

Esta es una labor de divulgación, no de regulación. Tampoco promueve la “destrucción del español”. Simplemente describe sus usos, variantes y adaptaciones.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.