Tan cerca de Rusia

Hace 30 años, en estas fechas decembrinas, estábamos presenciando un acontecimiento que cambió radicalmente las relaciones internacionales: la caída de la Unión Soviética (URSS).

Tan cerca de Rusia

Raras veces escuchamos la palabra invasión y en pocas ocasiones somos testigos de la ocupación del territorio de un país por otro. Lo prohíbe el derecho internacional y lo condenan todos al considerarse una violación de normas básicas de convivencia entre las naciones. Por eso, la información sobre una posible preparación de Rusia para invadir Ucrania encendió alertas en muchas partes del mundo.

Nos hizo recordar también que hace 30 años, en estas fechas decembrinas, estábamos presenciando un acontecimiento que cambió radicalmente las relaciones internacionales: la caída de la Unión Soviética (URSS). Este país comunista, que se fundó en 1922 y que protagonizó la Guerra Fría, desapareció del mapa mundial el 26 de diciembre de 1991. Ahora bien, aunque la URSS ya no existe desde hace tres décadas, el espíritu del imperio en el espacio postsoviético, representado ahora por la Federación Rusa, parece más vivo que nunca. De hecho, esta semana en un anuncio de la televisión estatal rusa trascendió que el presidente Vladimir Putin lamentó el colapso de la URSS al considerar que fue el quebranto de la “Rusia histórica” bajo el nombre de Unión Soviética.

Para quienes nacimos y crecimos en el comunismo era increíble ver cómo de un día a otro se esfumó la poderosa Unión Soviética para dar lugar a la aparición de 15 nuevos estados, que surgieron sobre los escombros del gigante. Recordemos que como el punto de referencia para esta magna cirugía sobre el mapa político de Europa Oriental se tomaron las fronteras de las repúblicas exsoviéticas, donde destaca la Federación Rusa como la sucesora formal de la URSS.

No obstante, la ilusión de que la transición desde el autoritarismo comunista llevaría al establecimiento de la democracia liberal en el espacio postsoviético duró relativamente poco y se evaporó totalmente durante el gobierno de Vladimir Putin. El presidente de Rusia a partir del año 2000 ha establecido en su país un régimen autoritario, ha estrangulado a la oposición y ha cambiado la Constitución rusa para mantenerse en el poder hasta 2036. Ha utilizado también un amplio abanico de herramientas, desde la diplomacia y la propaganda hasta la fuerza militar, para controlar a sus vecinos e impedir que transiten hacia sistemas plenamente democráticos y/o establezcan vínculos sólidos con el mundo occidental identificado con la Unión Europa (UE) y la Alianza Atlántica (OTAN).

Hoy, en la región postsoviética la democracia es un bien escaso. Predominan regímenes autoritarios o híbridos. Se trata de Bielorrusia en Europa Oriental, conocida por su eterno presidente, Aleksandr Lukashenko, que lleva 27 años en el poder. Hay que mencionar también a Azerbaiyán y Armenia en el Cáucaso, aunque en el caso armenio ha habido recientemente señales de cambio. Tampoco podemos olvidarnos de las exrepúblicas soviéticas de Asia Central: Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán, que presentan un déficit democrático más que considerable.

Solo tres países han logrado escaparse exitosamente de las garras de Rusia. Son Estonia, Letonia y Lituania, que inmediatamente después de la desaparición de la URSS tomaron un rumbo prooccidental y pudieron integrarse en la OTAN y en la UE. Aun así, siguen viviendo con la sombra de Rusia, que cada cierto tiempo les hace recordar el pasado y la fragilidad de estas pequeñas repúblicas bálticas frente al poderoso vecino.

Los que se han atrevido a cambiar su destino en la época de Putin lo han pagado muy caro. Georgia, un pequeño país caucásico que cortó los lazos con Rusia, tuvo que enfrentar en agosto de 2008 una guerra contra las tropas rusas en su propio territorio. Como consecuencia perdió el control sobre dos regiones, Abjasia y Osetia del Sur, que se declararon independientes y subsisten gracias a Rusia.

Un escenario muy similar ocurrió en Ucrania, que después de la llegada al poder de los gobiernos prooccidentales ha perdido la península de Crimea, anexada militarmente por Rusia en febrero de 2014. Además, desde el mismo año Ucrania está confrontando una guerra orquestada por su gran vecino en su parte oriental llamada Donbas. Aquí dos territorios ucranianos, Lugansk y Donetsk, declararon su independencia y funcionan gracias a Rusia como entidades al margen del sistema internacional.

Ucrania lleva varios años luchando no sólo por su democracia, sino también por su independencia e integridad territorial. Cuenta con el apoyo considerable, aunque no inquebrantable, de la Unión Europea, la OTAN y de Estados Unidos. Por otra parte, la respuesta de Rusia a los intentos ucranianos de escaparse de su zona de influencia es cada vez más dura. La reciente concentración de las fuerzas armadas rusas en la frontera con Ucrania sirve probablemente para advertir a Occidente sobre las líneas rojas en esta compleja relación. Sin embargo, tampoco se puede descartar que en caso extremo Rusia podría protagonizar una nueva invasión militar en el territorio ucraniano en una perspectiva de corto o mediano plazo.

A 30 años de la desaparición de la URSS predomina un panorama triste en el espacio postsoviético que en los años 90 del siglo pasado tuvo la oportunidad de transitar hacia la democracia y romper con las estructuras que bloqueaban las libertades y el bienestar de sus sociedades. Sólo unos pocos lo aprovecharon bien, mientras que la mayoría, y especialmente Rusia, optó por el camino autoritario ya sin la fachada comunista. Todo indica que habrá que esperar al menos hasta la desaparición de Putin para que se abra una nueva ventana de oportunidad en este espacio. Desafortunadamente, no son buenas noticias para Ucrania. Casi no nos queda más que cruzar los dedos para que el pueblo ucraniano tenga la determinación suficiente para seguir construyendo su democracia e independencia a pesar de todo, con la expectativa de que el futuro traerá un cambio en las relaciones de poder en Rusia.


Profesora de Relaciones Internacionales, Tec de Monterrey

@BeataWojna


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