Las niñas STEM de ayer y hoy

Cada vez somos más las que estamos impulsando desde diferentes trincheras una mayor presencia de mujeres en puestos de alto mando e industrias como el sector tecnológico.

Las niñas STEM de ayer y hoy
Ángela Gómez Aiza

Fui una niña STEM en tiempos en los que no era común esta nomenclatura y tuve el enorme privilegio de contar con el apoyo de mi entorno para poder seguir adelante con mi desarrollo profesional, privilegio que aún hoy sigue siendo inalcanzable para muchas jóvenes y que me motiva día a día para impulsar, desde los diferentes frentes que represento, a que en el futuro cercano haya más mujeres que, como yo, puedan decidir sobre el camino que quieran trazar.

Cuando comencé a estudiar la carrera de Ingeniería en Sistemas el porcentaje de mujeres en carreras tecnológicas era muy pequeño –cercano al 3%–. Varios años después, el panorama es mejor, pero no el óptimo para hablar de igualdad de género en el sector tecnológico. Esta carta va dirigida a ese 3% de mujeres que estudiamos carreras STEM, porque nuestro rol es crucial para que las niñas de hoy logren desempeñarse en estas carreras. Y también va dirigida a esas niñas que están en el camino de definir su camino profesional.

Cada vez somos más las que estamos impulsando desde diferentes trincheras una mayor presencia de mujeres en puestos de alto mando e industrias como el sector tecnológico con el objetivo de que otras generaciones puedan seguir con este legado. De igual forma, somos motivo de inspiración para las niñas que se encuentran en el mismo lugar que tantas están ahora y por el que muchas hemos pasado ya.

Más allá de abordar este tema como el derecho humano que es, la accesibilidad del talento femenino a las profesiones de ciencias, es fundamental para que México y el mundo sean más competitivos. Hay un par de datos que me ocupan: de acuerdo con el Foro Económico Mundial, el futuro del trabajo estará formado por tecnologías en la nube, analíticos, internet de las cosas, ciberseguridad, inteligencia artificial y machine learning. Esto en menos de tres años representará aproximadamente entre el 17% y 30% de las tecnologías utilizadas por las empresas a nivel mundial. El segundo dato que me impacta y espero que les invite a la reflexión es que para 2030 se va a requerir que más de mil millones de personas adopten nuevas habilidades a las que ya tendrían, es decir, las organizaciones tendrán que hacer un esfuerzo mayúsculo en reskilling o reconversión de conocimientos.

Estoy convencida de que hoy, en 2022, tras haber vivido los embates de una crisis sin precedentes, como fue y sigue siendo la pandemia, nos toca tomar acción para hacer que ese futuro cercano sea menos retador y más equitativo para las mujeres que vienen. Espero que esta carta llegue a manos de las niñas de 13 años que estarán próximas a decidir su camino profesional y que vean en las ciencias, tecnología, matemáticas e ingeniería una oportunidad de desarrollo profesional y personal –y de transformación social– como lo ha sido para mí el camino en el sector tecnológico.

Estas niñas para 2030 se encontrarán a punto de entrar al mundo laboral y para llegar ahí tenemos que fomentar con urgencia un suelo parejo y equitativo donde puedan desarrollarse con plenitud y libertad. Eso solo se logrará con la participación de diferentes actores.

Las organizaciones públicas y privadas, sin importar el sector, deben tomar este reto y enfrentarlo desde sus respectivas trincheras, crear a través de alianzas e iniciativas sociales un panorama que favorezca la incorporación de más mujeres a estas carreras.

Un aspecto que tenemos que cambiar con carácter urgente es la paridad salarial. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), el salario promedio que se les llega a ofrecer a hombres egresados de las carreras STEM es 20% superior que al de sus pares mujeres.

A lo largo de estos años en el sector tecnológico estoy convencida de que tenemos en nuestras manos la oportunidad de cambiar este panorama. Para llegar ahí, comparto cinco recomendaciones que todos los sectores, principalmente la industria tecnológica, debemos impulsar.

  1. Participar en acciones concretas para atraer y contratar talento diverso. Por ejemplo, conformar comités diversos de reclutamiento que incluyan por igual a hombres y mujeres en la toma de decisiones.
  2. Implementar políticas inclusivas para retener y desarrollar talento femenino.
  3. Colaborar y construir puentes. Compartir mejores prácticas y crear alianzas con diversos actores clave (gobierno, sociedad civil, academia) para impulsar las carreras STEM.
  4. Garantizar el involucramiento de los hombres.
  5. Recabar y desglosar datos con perspectiva de género.

Si bien existe un día para que las mujeres luchemos por nuestros derechos y la igualdad social, es necesario reconocer que cerrar la brecha de género amerita una construcción diaria. Todos los días debemos trabajar para crear un mundo más justo para las niñas, las jóvenes, para todas las personas. Es reconfortante saber que las niñas STEM del mañana ya no están solas, nos tienen a quienes hemos arado el camino para ir juntas hacia la diversidad, la competitividad, la inclusión e igualdad; solamente unidas y conjugando el ayer y el futuro vamos a lograrlo.

@agomezaiza

Angela Gómez Aiza es presidenta de SAP México.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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