Justicias, en plural, para mujeres plurales

Cada año con más rabia (y con menos miedo) evidenciamos la indignación que nos provoca saber que las mujeres en México no importamos.

Justicias, en plural, para mujeres plurales

Por Fátima Gamboa

En el marco del 8 de marzo, nuevamente estuvimos en las calles exigiendo justicia frente a la multiplicidad de violencias que las mujeres experimentamos. Cada año con más rabia (y con menos miedo) evidenciamos la indignación que nos provoca saber que las mujeres en México no importamos.

En EQUIS Justicia para las Mujeres somos conscientes de los datos y del panorama de impunidad e inacción institucional del sistema de justicia, sin embargo, hoy queremos celebrar ciertos avances que son particularmente importante para nuestro trabajo con las instituciones de justicia.

Aunque estamos lejos de vivir en un país seguro y justo para las mujeres, hoy nos congratulamos de que la lucha de las mujeres y las organizaciones feministas por las justicias llegó al sistema judicial en México con el Pacto Nacional por la Justicia Abierta con Perspectiva de Género.

Este pacto nos abre camino y traza una primera hoja de ruta para crear horizontes más esperanzadores, para soñar las justicias (sí, en plural) para todas las mujeres en nuestro país.

La larga trayectoria que tenemos en EQUIS trabajando con las instituciones de justicia nos ha permitido identificar problemas estructurales y poner sobre la mesa las expectativas de justicia para la diversidad de mujeres que conviven en el país.

Así, para aterrizar la idea de justicia abierta con enfoque de género construimos un Ranking de Transparencia, donde identificamos históricos y profundos vacíos en torno a la relación entre la ciudadanía y las instituciones, lo cual nos llevó a detectar un problema de base en todo el sistema de justicia que creemos necesario destacar: la diversidad de mujeres que vivimos y coexistimos en México no hemos sido tomadas en cuenta a la hora de diseñar políticas o programas dentro del Poder Judicial, ni siquiera como receptoras. Tal tendencia homogeneizante nos invisibiliza y, por supuesto, nos violenta en la medida en que la justicia se convierte en un derecho utópico para la gran mayoría de mujeres del país.

Tenemos datos alarmantes que señalan a las propias instituciones de justicia como parte del sistema de violencia y como pieza clave de la impunidad y la revictimización. Por ejemplo, según la Encuesta Nacional de Población Privada Libertad (Enpol 2021), el 77% de las mujeres detenidas reportan haber sido golpeadas o maltratadas para inculpar a alguien más sobre el delito investigado, el 57% fueron presionadas para dar otra versión de los hechos y el 41% de las detenidas por la Marina sufrieron violencia sexual.

Por otro lado, con el informe #NoEsJusticia pusimos sobre la mesa la gran cantidad de sentencias que, lejos de aportar justicia y reparación, discriminan, invisibilizan las violencias e imponen cargas procesales y requisitos burocráticos a las víctimas.

Lo cierto es que promover cambios en las instituciones públicas implica tirar de un carro que se mueve muy lento, demasiado lento. Por eso, a pesar de todo, celebramos que la lucha de las mujeres y organizaciones feministas por las justicias llegó a algunos tribunales en México y, en un hecho sin precedente, el pasado 22 de febrero 14 tribunales suscribieron nuestro pacto.

¿Por qué un pacto? Porque confiamos en que un compromiso de esta naturaleza permitirá construir un modelo de justicia abierta a través de un proceso participativo con la sociedad civil organizada. Este modelo nos permitirá contar con más y mejor información judicial, mejorar las políticas judiciales de prevención y protección, evaluar el impacto de las capacitaciones judiciales y medir con perspectiva de género las sentencias, entre otras tantas cosas.

El pacto propone una metodología específica para favorecer la participación, la diversidad y la horizontalidad. Precisamente por eso hablamos de justicias en plural, porque por primera vez nosotras las mujeres indígenas, lesbianas, bisexuales, afrodescendientes, trans, con discapacidad, migrantes y las múltiples voces de la diversidad de mujeres que habitan nuestro territorio seremos parte clave para construir el modelo de justicia que necesitamos.

Es el tiempo de las justicias —en plural— para las mujeres, que también somos plurales. Estos son sólo nuestros primeros grandes pasos en el transitar judicial, pero traeremos mucho más... sobre eso no hay duda.

@_fatimaek

Fátima Gamboa es codirectora de EQUIS Justicia para las Mujeres, mujer maya y lesbiana.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Más de 130 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes. Suscríbete y sé parte de Opinión 51.