Generalmente tememos a la soledad y en respuesta nuestro instinto busca compañía.
Y es que así fuimos programados, por generaciones. Nos implantaron la idea de que solo en “compañía” se podía alcanzar plenitud; incluso hoy existen personas que siguen pensando que si después de los cuarenta no te has casado eres una SOLTERONA quedada sin oportunidad de en…