Mi experiencia con la Ivermectina

La forma de suministrar Ivermectina avalada por un supuesto estudio gubernamental es muy grave

Mi experiencia con la Ivermectina

Por Laura Ballesteros*

He confiado en las autoridades gubernamentales, y en las médicas, desde que inició mi historia con el Covid 19. No he tenido opción. He sufrido antes de la llegada de las vacunas, tres contagios y un llamado “Covid Largo”. El diagnóstico último, después de más de un año de deterioro en mi salud post covid, es de pericarditis crónica e inflamación crónica de duodeno.

Ante lo novel que es esta enfermedad y la gravedad que representa para muchos de nosotros, claro que cuestionas pero al final necesitas confiar en la ciencia y en los protocolos gubernamentales, estás en sus manos, no tienes muchas alternativas. Aquí no importa si eres conservador o liberal, fifí o no, si votaste por Claudia Sheinbaum o por el PAN, ante la posibilidad de morir y la crisis de salud que ha ocasionado la pandemia en la vida diaria de las personas, los gobiernos juegan un papel fundamental en la atención y contención del virus, así como en la guía que proporcionan a millones de personas, incluida la comunidad médica en el sector público y privado. Por eso lo acontecido con la administración de Ivermectina y el aval a través de un estudio gubernamental es tan grave.

Las tres veces que luché contra el Covid 19, fui recetada con Ivermectina por médicos diferentes (dos del sector público y uno del privado). Todos haciendo mención del “aval” que daba el Gobierno de la Ciudad de México para su administración, incluso el último médico me dijo haber participado en el multicitado estudio gubernamental. Me informé, leí las reseñas médicas disponibles, revisé la postura de la Organización Mundial de la Salud al respecto, pero al final confié en el estudio del Gobierno de la Ciudad y en las personas que encontraron en él una vía factible de tratamiento. Hice caso en las tres ocasiones, esperando sentirme mejor. Incluso recuerdo haber sido confrontada en redes sociales por personas asociadas al gobierno federal que criticaban mi decisión de tomarla. Mi hermana también la tomó.

La reacción al medicamento fue la misma en todas las ocasiones, un fuerte dolor de estómago, náuseas y diarrea, seguido de gastritis y dolor abdominal en los días posteriores. En esos momentos relacioné las dolencias con posible sintomatología del coronavirus, misma que no siempre es igual en los pacientes. Hoy sé que era reacción a la Ivermectina.

Quisiera ser la única persona relatando esta historia, y me atrevo a hacerlo de forma pública porque precisamente no es una situación aislada. Más de 50 mil capitalinos recibieron Ivermectina en los kits de atención del gobierno, y fueron tomados como parte de un ensayo clínico sin su consentimiento. Adicionalmente miles de personas más en la práctica médica pública y privada fuimos recetadas con el mismo medicamento como parte de las conclusiones que arrojaba dicho estudio. Eso es lo que ocasiona una publicación oficial de un ente gubernamental, y por eso es aún más grave lo sucedido con respecto al mismo. Los norteamericanos catalogan a esto como “misleading information”. (información engañosa)

Las preguntas que deben sumarse al respecto, además de los cuestionamientos ya establecidos por la forma en la que se realizó el estudio del Gobierno de la Ciudad de México, están relacionadas a dar respuestas claras a las personas que estamos involucradas y de hacer efectivo nuestro derecho a la salud. Es fundamental saber el número de personas que han sido tratados con Ivermectina en este contexto, el listado de Centros de Salud públicos y privados que la han administrado, así como los posibles efectos adversos y secuelas del uso de la misma, además de la lista de proveedores a los que se les compró 29 millones de pesos en Ivermectina. Lo sucedido representa no sólo el aparente capricho de unos, sino una clara falla sistémica en la estrategia de salud del gobierno ante la pandemia, y un interés por explicar en la compra gubernamental de este medicamento.

Deben fincarse responsabilidades , deslindes de posibles actos de negligencia, atención médica a las personas que lo requieren y el establecimiento de un grupo de expertos independientes y con diversas especialidades para generar orientaciones al respecto, así como especialistas en ética y la representación de pacientes. Y será fundamental, insisto,  observar las acciones legales que deriven de esta situación.

Los enfermos de Covid 19 necesitan confiar en sus autoridades. Los asuntos relacionados a la salud pública deberían ser ajenos a la polarización del país, son demasiado importantes como para dejarlos secuestrar por los vaivenes de la partidización, y por vocerías inestables que suman más a la narrativa política que a la respuesta a los pacientes. Se necesita una respuesta responsable, preocupada, y contundente del Gobierno de la Ciudad.

Eso quiero creer.

*Laura Ballesteros Mancilla, especialista en Movilidad Urbana y Sostenibilidad


@LBallesterosM

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Más de 100 opiniones a través de 80 columnistas te esperan por menos de un libro al mes. Suscríbete y sé parte de Opinión 51.