Los 19 de septiembre

Hay muchísimo de qué hablar, bueno, malo y regular sobre lo que los mexicanos hemos hecho y aprendido a partir de los sismos y sobre lo que los gobiernos nos quedan a deber.

Los 19 de septiembre
Marilú Acosta

Por Marilú Acosta

Acostada, esperaba la alarma que me indicaría el momento de levantarme para ir a la escuela. A las 07:19 hrs comenzó a temblar. Me levanté de la cama y encontré a mis papás en la puerta de mi cuarto. Las paredes se separaban de las columnas. Vajillas, botellas y abarrotes salían de las alacenas para romperse unos sobre otros. Ventanas se rompían y sus pedazos caían al piso desde diferentes alturas. El tiempo se extendió y con cada sacudida el refrigerador saltaba, como si quisiera bajarse de ese octavo piso. Pensé: si se cae el edificio, sin que se doble, quizá podamos sobrevivir, pero si se parte a la mitad, quizá los de en medio puedan sobrevivir.

Acostada, esperaba que las ventosas hicieran efecto así como la moxibustión (calor en puntos de acupuntura), para disminuir el dolor de espalda. A las 13:14 hrs comenzó a temblar. Primero pensé que un pesado tráiler había hecho vibrar la vieja casona de Coyoacán, un violento jalón me aclaró que estaba temblando. Me senté sobre la camilla como pude. Se escuchaban cristales romperse. Estaba descalza y el movimiento me impedía ponerme los zapatos. Decidí salir a pesar del riesgo de cortarme los pies. Salí al patio central dando tumbos por las paredes. Pensé: me voy a morir.

Treinta y dos años separan un relato del otro y poco más de dos horas separan el segundo de un simulacro de 7 millones de personas y 17,912 inmuebles desalojados. Satisfecha, la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México tuiteó a las 11:32 hrs: “Así las acciones de rescate durante el #SimulacroCDMX, esto nos permite reaccionar oportunamente ante sismos reales”. No, el simulacro no les permitió reaccionar oportunamente ni ese mismo día.

De prevenir ni hablemos, el 20% de los edificios que se derrumbaron en la CDMX tienen una investigación por homicidio culposo porque no cumplieron con las normas para construir. Mal por las constructoras, pésimo por el gobierno.

Hay muchísimo de qué hablar, bueno, malo y regular sobre lo que los mexicanos hemos hecho y aprendido a partir de los sismos y sobre lo que los gobiernos nos quedan a deber. Sin embargo, lo que no me deja de dar vueltas la cabeza es la fecha. ¿Por qué el 19 de septiembre? ¿Por qué un calendario hecho por el humano encuentra el ritmo de la naturaleza con tanta precisión? ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué no estamos viendo?

Los Mayas identificaron distintos ciclos planetarios. Por ejemplo, a Venus le toma 8 años completar su ciclo, el cual si trazamos una línea siguiendo su movimiento, se dibuja una rosa de cinco pétalos en el cielo. Así, cada 8 años Venus estará en la misma posición en relación al sol y a la tierra. Marte también tiene su ciclo y Marte en relación a Venus coincide cada 4 ciclos venusianos.

Ocho por cuatro dan treinta y dos.

Venus, diosa romana del amor, la belleza, el deseo, el sexo, la fertilidad, la prosperidad y la victoria está casada con Vulcano, dios del fuego. Su contraparte  es Marte, dios de la guerra y guardián de la agricultura. Lo poco que sé de astronomía, astrología y mitología se compensa con internet. En https://www.skymaponline.net encuentras la posición de los planetas para cada fecha, hora y lugar. Busqué Ciudad de México, 19 de septiembre y jugué con el año y la hora: 07:19 - 1985; 07:19 - 2017 y 13:14 - 2017; 13:14 - 1985. Hay que tomar en cuenta que en 1985 no había horario de verano. Ajustadas las horas y guardando las proporciones siderales, los cielos son idénticos, a ojo de buen cubero.

Quizá el pleito pasional entre una estrella y dos planetas nada tenga que ver con estas heridas en la psique colectiva. Quizá tiene todo que ver. Lo indudable son tres cosas: tenemos todos síndrome de estrés postraumático, el tan conocido jabón rosa venus tiene sólidos fundamentos astronómicos, mitológicos y geométricos y si de casualidad sigo viva para el 19S de 2049, no pienso estar en zona telúrica.

@Marilu_Acosta

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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