La mecánica es masculina

Mucha de mi feminidad la descubrí con la diferencia que hace la sociedad ante “una mujer sola”.

La mecánica es masculina
Marilú Acosta

Mucha de mi feminidad la descubrí con la diferencia que hace la sociedad ante “una mujer sola”. Desde comer en un restaurante, hasta ir al teatro, pasando por bodas y renta de departamentos, pero sobre todo, ante el catastrófico evento de un coche descompuesto.

No hay peor insulto para el gremio masculino que una mujer sepa algo de mecánica (básica y sobre todo por lógica) y que esa mujer se encargue de llevar los coches al taller y pregunte: ¿qué le pasó al coche?, ¿por qué el presupuesto es tan elevado?

Dentro de las muchas posibilidades de respuesta, nunca me esperé el: “mejor hablo con su esposo y le explico”. Enfurecida quise obligarlo a que me explicara a mí, pero ya se había dado la media vuelta. Una parte de mi mente estaba enumerando todas las posibilidades de asesinato y las maneras de cubrir mi crimen. La otra estaba buscando a quién le podía hablar para que se hiciera pasar por mi esposo. El primero que me vino a la mente fue Arturo, le marqué y le dije: “necesito que el mecánico te explique el presupuesto, esposo mío”. Arturo entendió, platicaron, ríeron, colgaron.

Me marcó Arturo: “ya arreglé que te cobre menos, le tuve que decir que estás en tus días y pues, que no entiendes de eso”. Sonreí, porque antes que nada, soy una buena esposa.

@Marilu_Acosta

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