Si importa el propósito del negocio

Para innovar, ganar confianza y ser rentables, las empresas necesitan claridad del porqué de su existencia, establecer estándares que busquen la permanencia y apoyo de sus pares, gobierno y sociedad.

Si importa el propósito del negocio
Regina Reyes-Heroles

“Una empresa que no devuelve nada a la sociedad está destinada a morir, porque su existencia no es relevante”, me dijo Angélica Bautista, emprendedora mexicana y fundadora de Camino Libre Accesibilidad.

La afirmación de Angélica es tajante, pero no aislada. Renzo Corona, socio principal de PwC Chile, escribió en el Primer Barómetro de Empresas con Propósito que “la legitimidad social de las organizaciones ya no está dada solo por su capacidad de generar riqueza, sino por su capacidad de contribuir a la sociedad. La necesidad de restaurar las confianzas, atraer talentos, captar inversionistas, fidelizar a nuestros clientes nos demanda una nueva forma de hacer negocios, en la cual el ‘porqué’ de lo que hacemos debe estar explícitamente declarado y el ‘cómo’ lo hacemos debe promover estándares superiores al mero cumplimiento de la ley, para ser sostenibles”.

Camino Libre Accesibilidad tiene muy claro su porqué: hacer un vínculo entre las empresas en el país y las personas con discapacidad, pues “uno de los más grandes vacíos existe en el servicio a clientes con discapacidad”, me explicó Angélica; “son personas que compran, pero no tienen suficiente información o necesitan de otra persona para realizar sus compras (...) Es momento de regresar a que el cliente sea quien define las necesidades”.

Según datos del Inegi, las personas que viven con alguna discapacidad (PCD) en México son alrededor de 20 millones y representan 16% de la población. Estos datos le parecen bajos a Angélica; para ella, las encuestas no tienen suficiente detalle. Y me explica: en su familia hay dos PCD, “mi sobrina con parálisis cerebral infantil (PCI), una discapacidad permanente, y mi papá, quien por su edad, 80 años, usa bastón y no escucha bien, discapacidades adquiridas por la edad”.

Angélica con Camino Libre Accesibilidad es una de las 10 emprendedoras que lograron 10 mil dólares de capital semilla otorgados por AT&T México, el Tec de Monterrey, ProMujer, y el Laboratorio de Emprendimiento y Transformación vía su programa eNovadoras, que busca ligar a la nueva generación de emprendedoras con la última generación de conectividad, impulsar la participación de las mujeres y cerrar la brecha de género en el ecosistema emprendedor en México.

Conocí a Angélica en una de las sesiones de capacitación de eNovadoras en la que se habló de narrativa y medios de comunicación, y a la cual me invitó Opinión 51. Desde que charlamos sobre cómo estructurar su narrativa y qué datos incluir en su presentación me quedó claro que ella vive esa afirmación que me repitió ayer en la entrevista telefónica: las empresas necesitan tener un propósito que regrese a la sociedad. Angélica quiere que todo cliente pueda comprar, devolver, decidir y tener la información necesaria para consumir. Además, sabe que las empresas no han logrado ser accesibles e incluyentes y, por lo tanto, no tienen una relación con las PCD, un mercado potencial de varios millones de personas.

Pero no solo se trata de infraestructura –tener una rampa para sillas de ruedas–, sino también de aprovechar las herramientas digitales y, por ejemplo, tener un sitio web con mensajes en lengua de señas mexicana (LSM).

Angélica invertirá los 10 mil dólares en la creación de su plataforma de vinculación, una suerte de red de negocios inclusivos y accesibles con lectores de pantalla, pictogramas, videos, audio, descripciones de los productos, lengua de señas mexicana… “Se trata de accesibilidad”, me dijo.

Eso nos llevó a una última reflexión. Como emprendedora tuvo que enfrentarse al miedo al fracaso en el instante en que decidió participar en eNovadoras. “Las mujeres hemos tenido un rezago y nos exigimos demasiado para dar el primer paso, pero a veces hay que lanzarse”, cuenta. “Más allá de ganar o no, la experiencia de eNovadoras ya es un premio invaluable”, añadió, e invitó a más a participar en las siguientes generaciones.

El miedo a emprender no es una característica solo de las mujeres emprendedoras; de hecho, según el Global Entrepreneurship Monitor, “el miedo al fracaso existe por numerosas razones, pero uno de los factores más relevantes es la naturaleza del ambiente de negocios. Aquí es donde las políticas públicas pueden hacer una diferencia significativa”. Entonces, políticas públicas basadas en la información  y con marcos comerciales propicios para emprender disminuyen el miedo al fracaso y su posibilidad.

Como Angélica, hay otras nueve emprendedoras con este capital semilla de eNovadoras y alrededor de ellas cientos o miles más que quieren resolver un problema, innovar y lograr un propósito. Lo que esté en nuestras manos para que ellas lo logren debemos accionarlo.

@vivircomoreina

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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