¿La política tiene edad?
Hoy ni el PAN, ni el PRI, ni el PRD son lo que fueron.
Por Marilú Acosta
Estamos ante las carcasas de los grandes partidos políticos que construyeron el México actual, sí, también el de este siglo. No por ser ahora carcasas significa que no tuvieron su época de oro. El Partido de Acción Nacional (PAN), desde que se fundó en 1939 fue el mejor contrapeso y el PRI, fundado en 1929 como Partido Nacional Revolucionario (PNR), estuvo acomodando la posrevolución. En 1939 cambia de nombre a Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y ya casi a mitad de siglo, en 1946, institucionalizan la revolución por lo que cambia a Partido Revolucionario Institucional (PRI). En 1988, el PRI vive un cisma y de él se crea el Partido Revolucionario Democrático (PRD).
Mientras que en el mundo pasaron un sin fin de tormentas ideológicas y políticas, a México, PAN, PRI y la sociedad civil le dieron estabilidad suficiente para recibir migrantes de guerras civiles, de guerras mundiales, de revoluciones, de estados autoritarios, de artistas espías, de amantes de lo surreal. El PRI creó y consolidó las grandes instituciones sanitarias, educativas y políticas. Nunca lo hizo solo, siempre fue de la mano de intelectuales, de líderes sindicales, del propio PAN y de los partidos izquierdistas. El PRI controló mucho al país y el partido, pero siempre dejó pasar las ideas que estaban en boga en el mundo. La arquitectura, la tecnología, la ciencia, los avances médicos, las propuestas de mejoramiento de Naciones Unidas, los códigos civiles, los derechos humanos. El PAN y el PRI tuvieron grandes hombres y mujeres que lucharon por el bienestar de los mexicanos.
