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Las mujeres lindas se preguntan dónde radica mi secreto.

No soy linda ni nací para vestir talles de modelo,

pero cuando comienzo a contarles, creen que les miento.

Y digo:

El secreto está en el largo de mis brazos,

en el ancho de mis caderas,

en la cadencia de mi andar,

en la curva de mis labios.

Soy una mujer,

fenomenalmente.

Mujer fenomenal,

ésa soy yo.

Me acerco a cualquier lugar

lo más tranquila posible,

lo mismo que a un hombre.

Los hombres se ponen de pie o caen de rodillas.

Luego revolotean a mi alrededor,

como si fuera una colmena de abejas melíferas.

Y digo:

Es el fuego de mis ojos,

y el brillo de mis dientes,

el vaivén de mi cadera,

y el júbilo en mis pies.

Soy una mujer,

fenomenalmente.

Mujer fenomenal,

ésa soy yo.

Hasta los hombres se preguntan qué ven en mí.

Se esfuerzan, pero no alcanzan a rozar

mi misterio interior.

Cuando intento mostrárselo,

dicen que no logran verlo.

Y digo:

Está en el arco de mi espalda,

el sol de mi sonrisa,

el ritmo de mis pechos,

la gracia de mi estilo.

Soy una mujer

fenomenalmente.

Mujer fenomenal,

ésa soy yo.

Ahora comprendes

por qué mi cabeza no se inclina.

No grito ni ando a los saltos

ni tengo que hablar muy alto.

Cuando me veas pasar

deberías sentirte orgullosa.

Y digo:

Está en el chasquido de mis talones,

las ondas de mi cabello,

la palma de mi mano,

la necesidad de mi cariño,

porque soy una mujer

fenomenalmente.

Mujer fenomenal,

ésa soy yo.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.