Yo contengo multitudes;
Mi piel es la playa y mi ombligo es el mar.
Ofrezco tributo a la luna con mi sangre,
Llevo mi cuello como estandarte erguido.
Mi boca es fuente de infinitas paradojas enamoradas
Que entrelazan sus piernas como dos enramadas.
El tiempo y la circunstancia no me contienen
Porque yo contengo multitudes.
En mi habita la romántica, la bruja, la monja,
La gitana, la vestal, la cortesana, la condesa
La adelita, la madona, la amante, la madre
La sacerdotisa y la poetisa, la diva, la femme fatale,
La que es igual a ellos en todo menos en esencia,
La suma de todos los arquetipos,
La que se define por pensar y por pensarse.
La que nunca ha ‘sido’; la que siempre ‘deviene’.
Mi libertad está en mi pluma;
Mi canto, en la contemplación.
La forma de mi movimiento la contiene
El molde de mi imaginación que es infinita
Porque yo contengo multitudes.
Habito en el jacuzzi, en la seda, en el vino,
En la luz de las velas y en el jazz de a lo lejos.
Habito en la playa, en el yoga, en las grandes bibliotecas,
En las noches eternas y en las páginas blancas.
Soy infinita.
Te besaré y te sanaré, te miraré y seré tu espejo.
Te reconoceré en lo oscuro interminable, infinito,
Como mis pensamientos y como los tuyos.
Tomaré tus ojos y los llenaré de estrellas.
Le daré símbolos a tu historia; seré tu símbolo.
Mi piel será lienzo de tus fantasías, porque yo
Contengo multitudes.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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