18 de septiembre, las plumas de hoy

Hoy escriben Stephanie Lewis, Renata Roa, Laisha Wilkins y Soledad Durazo

18 de septiembre, las plumas de hoy

Para este sábado las columnas de Opinión 51 nos acercan con sus autoras que parten de experiencias y visiones personales, pero que, sin duda, son compartidas por muchas personas en esos viajes que la introspección nos permite en tiempos en el que el Universo nos ha obligado a hacer una o varias paradas… Deseamos que tu pausa este fin de semana sea enriquecedora y sabemos que leer a nuestras columnistas hoy te dejará saber que aquello que creías que tú y unas cuantas personas más experimentaban, en realidad es mucho más común y compartido.

Hablando de viajes, nuestra experta en ellos, Stephanie Lewis, ,nos lleva a la escena que tanto vivimos cuando viajamos y debemos tomar un vuelo en el Aeropuerto Internacional de México. No solo se detiene en las pésimas condiciones en las que este opera y cómo las aerolíneas cobran por absolutamente todo;  el tema de fondo es el pésimo nivel en el que ha caído la prestación del servicio, muy alejado de aquel principio de que “El cliente es primero” porque el empresariado solo ve números y cómo ingresar dinero a sus cuentas… ¿Sus clientes? ¡Ah, que se aguanten; es lo que hay!

A propósito de retomar lo que funcionaba, ¿Compartir o competir? Es el dilema en el que muchas veces nos encontramos y para Renata Roa “…es momento de regresar a nuestros orígenes donde nuestra parte primitiva, la que nos llevó a sobrevivir y crear civilizaciones, nos agrupe para crear algo más grande. Y no sólo eso, que nuestra esencia humana nos conecte para hacer más grande el pastel. ¿Para qué querrías comerte sola un pedazo pequeño si puedes comer uno más grande y disfrutarlo con increíble compañía?

En un ejercicio de introspección, como el que seguramente muchas personas hemos hecho en esta época pandémica, Laisha Wilkins evalúa los saldos que la presencia del coronavirus ha dejado en nuestras vidas; destaca cómo nos ha venido a recordar que la parte esencial del ser humano no está en las posesiones ni en el exterior… este es un viaje personal que la autora hace y cuyo relato nos permite sentir que coincidimos en el mismo vagón… además te invitamos a que la escuches en el audio que con una dicción impecable y emotiva expresión.

Empezamos hoy hablando de viajes y para viajes el que nos platica Soledad Durazo: considerada medicina ancestral, inhalar el “sapito del desierto” no está alejado de la polémica y el cuestionamiento científico que compiten con los testimonios de una comunidad que cada vez es más creciente en América Latina; y que, sin duda, nos recuerda a la mística, indígena oaxaqueña, María Sabina quien curaba a través de “los niños santos” (los hongos alucinógenos) a quienes la visitaban: John Lennon, Harrison, Dylan… Soledad nos comparte su experiencia personal haciendo especial énfasis en la importancia de ponerse en manos expertas y no arriesgarse a la charlatanería que abunda.

Deseamos que tus viajes – en el sentido que se presenten este fin de semana – sean satisfactorios y te conecten con las personas, los paisajes y las vivencias que cargan de energía para continuar disfrutando precisamente esta travesía que se llama vida… Feliz fin de semana.

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Nos hemos convertido en un número

Escribo hoy sobre aerolíneas pero en realidad, sucede en cualquier industria. Los empresarios modernos únicamente ven la utilidad y rentabilidad a reportar cada trimestre, pero se les olvida que sus clientes son humanos.


Competencia: la mejor mentira preservada

Me parece que es momento de regresar a nuestros orígenes donde nuestra parte primitiva, la que nos llevó a sobrevivir y crear civilizaciones, nos agrupe para crear algo más grande. Y no sólo eso, que nuestra esencia humana nos conecte para hacer más grande el pastel.


Amigo Coronavirus

Audiocolumna | La gran mayoría de los seres humanos dependemos de lo que ocurre en el exterior, de la forma, de la posesión,  para sentirnos felices sin darnos cuenta de que todo lo que sucede afuera es inestable y cambia constantemente


Cuando inhalé la llamada Molécula de Dios

Fue místico. Me desconecté (entiendo) por breves momentos. El rapto de conciencia fue paulatino, leve, suave; el silencio me invadió; entré en un estado de paz inimaginable, conocí la nada…


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.