Por Adela Navarro Bello
Dos fueron los principales contrincantes en la interna de Morena que tuvo la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, antes de salir airosa con la candidatura en sus manos: Adán Augusto López Hernández, quien había sido secretario de Gobernación, y Marcelo Ebrard Casaubón, que venía de la secretaría de Relaciones Exteriores.
Aunque tuvo más competidores, entre ellos Ricardo Monreal Ávila, hasta el verde ecologista Manuel Velasco, y el petista Gerardo Fernández Noroña, casi con todos logró conciliar cuando era candidata. Los premios de consolación incluían escaños en las cámaras legislativas federales para todos: Ebrard, López, Fernández y Velasco como senadores de la República, y Monreal como diputado federal.
De entre todos ellos, tres han respetado el acuerdo con la Presidenta Sheinbaum y aceptado su posición sin estorbar y sumándose a los designios desde Palacio Nacional: Velasco, Fernández Noroña, y Ebrard Casaubón, quien, de hecho, a pesar de haber sido el más reacio a aceptar inicialmente el triunfo de Claudia Sheinbaum en la interna de Morena, rápidamente reculó y fue nombrado secretario de Economía del Gobierno de la República.
Sin embargo, con Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila no sucedió lo mismo; ambos personajes, especialmente el primero, creyeron que, a pesar de la pobre votación que obtuvieron en la interna, representaban cada uno un grupo de poder, un contrapeso de Morena en relación a la Presidencia de la República.
Adán Augusto López se mareó en su propia ola del tsunami lopezobradorista, y se creyó poderoso. Comenzó a impulsar a un grupo dentro del partido, y a ejercer el poder que creía tener al ser nombrado, como premio de consolación, senador y líder de la bancada de Morena en la Cámara Alta.
La soberbia de Adán Augusto lo llevó a ser el artífice de la maquinación político jurídica, para extorsionar a los extorsionables e impunes Yunes, para dejar de perseguirlos a cambio de que votara Yunes Márquez a favor de la reforma judicial, traicionara al Partido Acción Nacional y se afiliara a Morena; todo esto en vivo y en directo y para conocimiento de todos los mexicanos.
Acostumbrado a una vida holgada, de relojes caros, camionetas último modelo, vuelos en aeronaves privadas y siendo generoso con su equipo y patrocinadores, aquellos empresarios que le han apoyado, como Fernando Padilla Farfán, quien ha recibido miles de millones de pesos no sólo del gobierno de Tabasco, sino de otros estados como Baja California, por la renta de unidades médicas. Tal irregular bonanza alcanzó a la también senadora Andrea Chávez, quien, evidentemente confiada en el poder de López Hernández, le entró a las caravanas de salud, igual con Padilla Farfán, para hacer proselitismo adelantado en el estado de Chihuahua, el mismo en el que espera ser candidata en el 2027 al gobierno estatal.
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