Por Adela Navarro Bello
En esta columna: Adela Navarro toma de referencia dos hechos dolorosos para señalar las fallas del Estado y el dominio del crimen organizado.
En un país dominado por el crimen organizado nadie está a salvo. El riesgo de ser asesinado, cual sea la causa que se persiga, es tan latente como común, casi normalizado. Los cárteles de las drogas en México tienen el control sobre sus territorios, aun de aquellos que no aparecen en el mapa político electoral, pero que sí son de interés para la comisión de delitos a base de imponer terror y horror entre la población vulnerada debido a una falta de una estrategia integral de combate al crimen en todos sus niveles.
Los cárteles de la droga devinieron en crimen organizado; controlan todo. Con violencia intervienen en la venta de mariscos, limones, de cualquier producto, en el transporte de mercancías, en la construcción de viviendas, en el activismo social.
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