Por Ana Cecilia Pérez
A medida que México se acerca a una nueva elección, la integridad y seguridad de su proceso electoral está más en el foco que nunca. La ciberseguridad, un componente crítico en la salvaguarda de la democracia, debe ser una prioridad clave para el próximo gobierno. Una brecha de ciberseguridad en las elecciones puede tener consecuencias devastadoras, erosionando la confianza pública en los procesos electorales y potencialmente causando grandes retrasos en los avances democráticos que el país ha logrado. Por ello, es de relevancia robustecer la ciberseguridad nacional, explorando estrategias efectivas, lecciones aprendidas y líneas de acción prioritarias que deben considerarse para proteger los derechos y la voluntad de los ciudadanos mexicanos.
Las elecciones son la base de cualquier democracia y su integridad depende en gran medida de la seguridad de los sistemas de información que se utilizan para recoger y contar los votos. Con el aumento de las amenazas cibernéticas globales, asegurar estos sistemas contra ataques externos e internos es crucial para prevenir la manipulación de resultados y garantizar la confianza pública en los resultados electorales.