Nadie sabe más de menstruación

Como publicista manejé todas las categorías de productos que existen en el mercado. Aquella tarde tocaban toallas sanitarias: una categoría complicada y competida.

La reunión para discutir la estrategia de comunicación de la nueva toalla que saldría a la venta era con el director de Marketing del más importante fabricante de productos de higiene por entonces en México. Un joven venezolano con más ambición que talento, pero con la fuerza del logo de la compañía para la que trabajaba en su tarjeta de presentación.

A mitad de la reunión bajó el tono de voz y me dijo: “Ahora te pido que tomes nota: no hay nadie que sepa más de menstruación que yo. Nadie”, y empezó a describirme el proceso, los sentimientos y las sensaciones involucradas.

La sangre se me había subido a la cara. Ardía. Esperé a que llegara al final de uno de sus largos párrafos y con más condescendencia y sonrisa de la que hoy me permitiría le dije: “Quizá mi opinión te sirva de algo, recuerda que yo sangro y tú no”.

@olabuenaga

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