Por Areli Paz

Opinión personal: Cada quien sus pensamientos.
Voto: herramienta ciudadana, voz de las necesidades, angustias y anhelos de una sociedad.
Reforma electoral: el elegante nombre que le pusieron en Morena para adueñarse del Poder Judicial
Amo los huevitos a la mexicana, siempre los pido con mucho chile y bien cocidos. No me gusta comerlos en casa, no me agrada el olor que despide la sartén después de servirlos. Pero sí los como en un restaurante, en un viaje o en la casa de alguien más que los cocine.
Soy rara y hago cosas muy extrañas. Manías de un adulto semi mayor.
Esta semana decidí probar el mismo platillo en diferentes lugares, me dispuse a desayunar y tomarme ese tiempo para analizar la posibilidad de votar o no el uno de junio en la elección del poder judicial.
Sí, esta vez sí estaba en un dilema.
Si buscan en mis redes siempre leerán que votar es la única oportunidad que tenemos los ciudadanos para demostrar apoyo o descontento por los políticos. Si buscan en mis videos encontrarán invitaciones claras para ejercer el deber ciudadano.
Si oyen programas de radio pasados escucharán claramente mi defensa férrea del voto.
Cada desayuno, leía, analizaba las extrañas boletas y lo complicado del proceso.
En el primer día decidí anular. Me parecía lo justo.
El segundo día decidí votar por la gente honorable que genuinamente busca un lugar en el Poder Judicial, tienen trayectoria y sus propias vidas demuestran ser congruentes.
El tercer día decidí que no, que no podía validar una historia de farsa, una historia tramposa que se construyó con una mayoría ficticia y el voto de un traidor como Yunes o un miedoso como Barreda.
El cuarto día me convencí de que no sería cómplice de un robo.
El quinto y el sexto, el desayuno ni me supo, por sistema los pedí, los comí y mi decisión estaba tomada.
Terminé con mal sabor de boca, no por el huevo, sino por la decisión de no ejercer mi deber ciudadano.
Me tragué mi voto. Con mucha tristeza y preocupación, porque sé que después de esa elección tendremos otro México. Tendremos el poder concentrado en la misma mano. La democracia, la división de poderes y la independencia de ejercer la justicia se terminaron.
Hay que decirlo con todas sus letras, después del uno de junio, la idea de justicia seguirá siendo para unos cuantos, igual que hoy, pero más cínica y selectiva.
Los afines al régimen no sólo lograron adueñarse del Poder Judicial, sino que ahora la justicia sí tendrá partido e ideología.
De ahora en adelante aprenderé a hacerme mis huevitos a la mexicana en casa, porque así tendremos que vivir los mexicanos, cuidándonos de no caer en manos de quien usará el poder a su conveniencia. De no necesitar a un juez, un magistrado o un ministro, porque ahora sí oficialmente seremos visibles para las venganzas y resentimientos de quienes hoy se adueñan del país.
Me tragué mi voto y estoy convencida que estaré haciendo lo correcto.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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