Por Areli Paz
Advertencia: Atento aviso, las cosas se pueden complicar, hay señales que no se pueden ignorar.
Señal: Guiños de la vida, no se pueden ignorar.
Destino: La historia romántica de las justificaciones después de varios “te lo dije”.
¡Te vas a caer, deja de correr en el azulejo mojado, te vas a caer! Y te caes. Tu abuela levantaba la bandera roja.
¡No te enamores de ese celoso, van acabar mal! Y acabas en la Cruz Roja con la oreja casi arrancada, tu mamá levantaba la bandera roja.
¡No votes por él, es manipulador, mentiroso y tiene aires de dictador! Y termina por destruir al Poder Judicial para cuidar a los suyos y asfixiar a los que no hacen y dicen lo que ellos quieren. Eran los analistas levantando otra bandera roja.
¡Frenen el autoritarismo o terminarán en una dictadura!, y te termina gobernando Daniel Ortega en Nicaragua. Era la bandera roja de la democracia.
¡Frenen la impunidad o Pío López se saldrá con la suya! Y sale bien librado, fortalecido y exigiendo 400 millones de pesos. Era la bandera roja de la libertad de expresión.
Las banderas rojas son como foquitos en un tablero de vida. Se prenden cuando quieren avisarte que algo no anda bien, que huele mal, que suena peor y se sentirá horrible.
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