Por Bárbara Anderson
Las Naciones Unidas están en números rojos y han lanzado una campaña a nivel global explicando primero cómo se financian y luego balconeando a sus principales acreedores para ver si logran enderezar sus finanzas.
El año pasado la ONU tuvo un déficit de 200 millones de dólares y eso motivó a sus autoridades a hacer recortes (de 600 mdd), congelar contrataciones y relocalización de actividades en sedes menos onerosas que las de su casa central en East River, Manhattan. La intención es mudar la mayor parte de las oficinas de Nueva York y Ginebra a Nairobi (sede de la institución en África).
En una entrevista esta semana, el secretario general, António Guterres dijo que la principal razón de las penurias de Naciones Unidas se debía a que los países no estaban cumpliendo a tiempo con sus cuotas societarias. Y en la lista de 41 países deudores que reveló (liderada por Estados Unidos), figura ni más ni menos que nuestro país. En total estos países tienen pendientes 760 mdd en contribuciones obligatorias.
En el caso de México, ya llevamos varios años de olvidarnos de esta membresía y una de las consecuencias es que los países que no están al corriente: el artículo 19 de la ONU dice que un país que se salta dos años el pago a tiempo de sus cuotas perderá su voto en la Asamblea General (pero no su veto en el Consejo de Seguridad). El pasivo en el organismo ya suma los 3,000 mdd y el principal deudor (y también aportante) es Estados Unidos que debe 2,300 mdd (7 de cada 8 dólares pendientes). La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su descrédito a los organismos multilaterales no es una buena señal para las Naciones Unidas.
Es por eso que salieron a buscar a los demás 40 socios que han sido más irregulares en el pago como Venezuela y Argentina.
Estados Unidos y China contribuyen con aproximadamente 3 de cada 10 dólares del presupuesto de la ONU.
Y si bien, el gigante asiático paga, siempre dilata casi un año sus aportes lo que pone en fragilidad los fondos.
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