Tenemos que hablar de lo que pasa en Irán

Cuando de defender derechos humanos se trata no existen fronteras

Tenemos que hablar de lo que pasa en Irán

Por Brenda Estefan

Hay vientos de ira en la República Islámica de Irán, luego de la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, quien tras haber sido arrestada el 13 de septiembre en Teherán, debido a que no portaba correctamente el hiyab –el velo que cubre cabeza y cuello–, cayó en coma y tres días después perdió la vida. Las autoridades argumentan que la mujer sufrió un infarto, pero su familia y amplias partes de la sociedad no tienen duda de que la joven fue víctima de tortura.

Hasta la década de los setenta las mujeres tenían libertad para vestirse libremente en Irán, podían optar por portar el velo o no hacerlo, o incluso usar una falda corta, pero poco después de la Revolución Islámica de 1979 esto cambió. No sucedió de un día para otro, primero se regalaban hiyabs por la calle, después los líderes religiosos comenzaron a sugerir su uso en espacios públicos y el 7 de marzo de 1979 el líder de la revolución, el Ayatola Khomenei, decretó que el uso del hiyab sería obligatorio para todas las mujeres en los espacios de trabajo y que él consideraba a una mujer no cubierta como una mujer “desnuda”.

Todavía después de esto, pasaron meses para que hubiera instrucciones más claras sobre cómo debía ser la vestimenta de las mujeres, hasta que se publicaron pósters con imágenes que mostraban modelos con el tipo de atuendo que debía ser usado por las iraníes. Hoy, la ley requiere que todas las mujeres, a partir de los seis años, incluyendo las turistas, usen ropa que no sea pegada al cuerpo para que no pueda verse su figura y porten un hiyab, que debe ,en teoría, cubrir completamente el cabello, aunque en la práctica son muchas las mujeres iraníes que lo usan ligeramente hacia atrás. Pero la Gasht-Ershad, que es la unidad responsable de hacer cumplir el estricto código de vestimenta de la República Islámica, no hizo excepciones con Amini, cuyo pecado fue no portar el velo correctamente.

A lo largo de estos más de 40 años ha habido momentos de mayor tolerancia y otros de conservadurismo inquisitivo como el que se vive actualmente, y las mujeres iraníes han protestado en numerosas ocasiones. De hecho, en 2017 decenas de ellas se quitaron públicamente el velo durante una ola de protestas, lo cual, contrariamente a lo que hubieran deseado, hizo que las autoridades adoptaran medidas más estrictas. Pero el movimiento que hoy atestiguamos muestra una fuerza nunca antes vista. La muerte de Mahsa Amini ha prendido fuego a la pólvora, ha hecho evidente la desconexión entre la cúpula de las autoridades religiosas y una sociedad cada vez más secularizada.

La sociedad iraní se moviliza, la protesta se ha extendido a más de 20 ciudades, incluyendo Teherán. Poderosas imágenes de mujeres cortándose el cabello o quemando su hiyab se multiplican. Una creciente ola de artistas y deportistas levantan la voz para criticar lo que sucede. Incluso, algunos líderes políticos y religiosos reformistas desaprueban el actuar de la policía de la moral.

Pero protestar en Irán tiene un precio. Al momento de escribir este artículo al menos nueve personas han perdido la vida en la represión de las recientes protestas.

Además de las protestas desatadas en Irán, la muerte de Amini despertó una fuerte condena internacional. En reacción a las condenas internacionales, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanani, condenó el martes por la noche lo que llamó “posiciones intervencionistas extranjeras”. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, acusó el miércoles a Occidente de usar un “doble rasero” en lo que respecta a los derechos de las mujeres, en referencia a las muertes de mujeres de pueblos indígenas en Canadá o las acciones israelíes en los territorios palestinos.

Desde luego que atrocidades contra la mujer existen en muchos rincones del planeta, lo sabemos bien las mexicanas, pero no podemos dejar de ver que lo que sucede en Irán es dramático. La mujer que no porta el hiyab es tratada como una delincuente.

Por inaudito que parezca, en una entrevista anónima a la BBC, un miembro de la policía de la moral señaló: “Nos dicen que la razón de esta policía es proteger a la mujer, porque si ellas no se visten apropiadamente los hombres podrían provocarse y lastimarlas”.

Cuando de defender derechos humanos se trata no existen fronteras. Este no es momento de callar, este es momento de amplificar las voces de quienes hoy luchan en Irán, porque en medio de las restricciones a internet que ha impuesto el gobierno los iraníes están logrando que el mundo se entere de la lucha social que vive su hermoso país.

“No al velo, no al turbante, ¡sí a la libertad y la igualdad!”, gritan los manifestantes en Irán, y desde nuestra trinchera hacemos eco de ello.

@B_Estefan

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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