Document
Por Claudia Pérez Atamoros

En esta columna: con ironía Claudia Pérez Atamoros ironiza describe cómo el lenguaje refleja el machismo que aún define a las mujeres según estereotipos animales; mientras a los hombres se les asocian virtudes a las mujeres se les imponen etiquetas que las domestican.


 Hay días —muchos— en que una se despierta en plena madrugada con un montón de preguntas. Les llaman pensamientos intrusivos. Esta vez, el insomnio me llevó a plantearme la duda filosófica del siglo XXI: ¿seré yegua fina o de cascos ligeros? ¿Me verán como gata o zorra? Porque, curiosamente, a nosotras —las mujeres— nos comparan con todo el establo, el zoológico y hasta la fauna mitológica, dependiendo del humor del hablante, del largo de la falda y de la abertura del escote.

Si eres elegante, eres yegua fina. Si te gusta el desmadrito, de cascos ligeros. Si eres independiente, potra indomable. Si eres tímida, caballito manso. En todos los casos, el punto de partida es el mismo: una rienda. Siempre hay alguien queriendo llevarla.

SUSCRÍBETE PARA LEER LA COLUMNA COMPLETA...

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.