El sueño de Cony

A veces olvidamos, que el avance tecnológico que tantos caminos abre, representa un muro para quienes no tienen las habilidades y conocimientos para lidiar con el.

El sueño de Cony
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El sueño de Cony
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La falta de oportunidades puede ser como una habitación oscura, sin un solo hueco en donde se cuele la luz, sin una ventana que permita ver hacia afuera, sin un espacio para soñar con lo que viene una vez que amanece, sin un lugar que te deje ver más allá. Es por esto que los libros, la educación y hasta el arte, juegan el papel de oasis que permiten sacar a cualquiera de esa habitación oscura. Desde la mente, se escapa hasta lugares mejores, a otras posibilidades y a partir de ahí no solo se trata de soñar, también de lograr llegar hasta ahí.

Hace unos días conocí a una mujer, Cony, tiene poco menos de 60 años, después de haber criado a hijos que ahora son universitarios y a su vez padres, ella tiene una nueva meta en la vida: estudiar. Los ojos le brillaban cuando veía el aula móvil instalada en medio parque Salesiano en la alcaldía Miguel Hidalgo. Un salón de clases, equipado con computadoras que hacen las veces de oasis en medio de un parque que esa tarde estaba rodeado por un tianguis repleto de mesas con montañas de ropa de segunda mano: $50 el suéter, $100 pesos la chamarra, $20 la camisa y así con todo lo que se pudiera encontrar en cualquiera de estos puestos. Pero a ella no le molestaba el ruido, ni el frío, a un lado del aula, un grupo de niños y niñas jugaban con unos aros, son los hijos de las personas del tianguis y vecinos que tomarán clases, de esta forma sus padres y madres pueden tener unas horas para ellos, mientras los suyos están seguros y divertidos.

El aula móvil es impecable, protege de la realidad y hasta del frío. Cony me cuenta que está ahí para aprender computación, quiere gracias a la tecnología terminar la preparatoria para después estudiar entrar a la universidad y estudiar psicología. “Quiero que mis nietos se sientan orgullosos de mí”, me cuenta mientras se le inundan los ojos.

En el evento de presentación del Aula Móvil AT&T en colaboración con la Fundación Construyendo y Creciendo, estaban presentes algunos de los alumnos del aula. Escucharon atentos a su maestro hablar de cuál era su siguiente reto: “la próxima vez, vamos a enfrentarnos juntos a esas cajas en las que te cobras solo.”  A veces olvidamos, que el avance tecnológico que tantos caminos abre, representa un muro para quienes no tienen las habilidades y conocimientos para lidiar con el. Este grupo de adultos mayores, se sentía amenazado por las cajas de autocobro, la tecnología cuya intención es agilizar la salida de clientes y evitar aglomeraciones, estaba dejando fuera a un grupo importantísimo de la población para poder cubrir sus necesidades de consumo más básicas.

Gracias a la conectividad de AT&T, el aula móvil que estará moviéndose cada tres meses en distintas alcaldías, se convierte en ese espacio con ventanas a lugares ilimitados: la casa de un pariente que está lejos, la oportunidad de terminar la preparatoria, un nuevo trabajo o el sueño de que tu familia se sienta orgullosa de ti, como seguramente ya lo están los nietos de Cony.


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