Por Cristina Gutiérrez
La primera fase del acuerdo de paz pactado entre Israel y Hamás cada vez parece más frágil. Desde el 10 de octubre, fecha en que inició la supuesta tregua, Israel ha asesinado a cerca de 100 palestinos en la Franja de Gaza. El ataque más grave hasta el momento ocurrió el domingo pasado, cuando las Fuerzas de Defensa israelíes lanzaron múltiples bombardeos que dejaron al menos 44 personas muertas en el sur del enclave. El gobierno israelí declaró que dicha acción fue una respuesta a un supuesto ataque de combatientes de Hamás quienes, según fuentes israelíes que no presentaron evidencia, lanzaron un misil contra sus tropas que mató a dos de sus soldados. Hamás se desligó de los hechos y acusó a Israel de “violar el acuerdo y fabricar pretextos para justificar sus crímenes”.
El viernes 17, dos días antes, el ejército israelí lanzó una bomba sobre un vehículo en el que viajaban once personas que se dirigían a su hogar en la ciudad de Gaza. Los once civiles asesinados, incluyendo siete menores de entre 5 y 13 años, eran de la misma familia. Según el ejército de Israel, el ataque se llevó a cabo porque la camioneta donde viajaba la familia cruzó la denominada “línea amarilla”, que es la demarcación imaginaria que limita el área a donde se retiraron las tropas cuando inició el alto al fuego en Gaza. Hasta el momento, más de 30 palestinos desplazados han sido asesinados tratando de regresar a sus hogares por cruzar la “línea amarilla”, que no está claramente señalada.
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