Por Cynthia Dávalos
En México, la delincuencia no es una estadística: es una visita incómoda y cotidiana. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2025 del INEGI, el 29% de los hogares mexicanos sufrió al menos un delito en 2024. Esto significa que casi tres de cada diez familias (sin importar condición social, religión o nivel económico) fueron alcanzadas por la violencia o la delincuencia.
Pero la cifra más alarmante está en otro lado: el 93.2% de los delitos no se denuncian. Lo que conocemos como cifra negra no es solo un número: es la evidencia de que la mayoría de los mexicanos desconfía de las instituciones encargadas de impartir justicia. Nueve de cada diez delitos quedan en la nada, sin denuncia ni investigación, alimentando la percepción de que no tiene sentido acudir a una fiscalía o a un Ministerio Público.
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