Document
Por Cynthia Dávalos

Imagina tener más de 40, un puesto por el que luchaste años y una vida que, por fin, sientes tuya. Pero este 10 de mayo, mientras México celebra a las mamás, te preguntas si el sueño de ser madre para muchas mujeres quedó en pausa por correr tras otros anhelos. Cada vez más mexicanas posponen la maternidad, atrapadas entre una carrera que exige todo, un reloj biológico que no espera y un corazón que no sabe si arriesgarse. ¿Sacrificio, elección o un poco de ambos? 

Ser madre después de los 40 ya no es raro, es un movimiento. La OCDE dice que la edad promedio para el primer hijo pasó de 24 años en 1970 a 30,7 en 2020. En México, INEGI marca 26,9 años en 2020, pero en la CDMX o Guadalajara, roza los 30. Ese año, 48.000 bebés (2,7% de los nacimientos) llegaron a mamás mayores de 40, ¡el doble que en 2000! En colonias como Condesa, el 5% de los nacimientos son de mujeres en sus 40. Pero el cuerpo no miente: a los 40, la posibilidad de embarazo natural cae al 5%, y los tratamientos de fertilidad crecieron 20% anual entre 2015 y 2020.

El trabajo contra el sueño

¿Por qué esperar? Muchas veces, la respuesta está en el escritorio. En México, donde el 50% de las trabajadoras están en la informalidad sin prestaciones (INEGI), la estabilidad es un lujo. Un hijo dispara la brecha laboral de género del 28% al 40%, y el 55% de las profesionales temen que la maternidad las saque del juego (UNAM). Ana, publicista de 43 años en la CDMX, lo vivió: “Me pasé los 30 escalando en mi agencia, soñando con ser directora. Cuando quise ser mamá, las clínicas de fertilidad y las esperas me rompieron el corazón”. Su dolor refleja el de miles que posponen la maternidad por un futuro profesional.

SUSCRÍBETE PARA LEER LA COLUMNA COMPLETA…

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.