Por Daniela Clavijo

Recientemente, una serie de posteos en redes sociales me llevaron a dos reflexiones: “el mundo está al revés” y “los premios pueden ser muy peligrosos”. Esto al hablar de emprendedores y fundadores de startups. Lo que pasa es que estoy convencida de que “pellizcarle los cachetes” antes de tiempo a muchos emprendedores que recién inician es un grave error, sobre todo cuando algunos premios carecen de una metodología seria detrás.

En estos tiempos de fake news y “estudios” sin sustento, cualquier persona podría inventarse que tiene una empresa que está revolucionando una industria pero, a la hora de la verdad, no puede mostrar datos de crecimiento, de valor, de impacto directo e indirecto. Ojo, esto no se trata de dar visibilidad porque ésta es necesaria para crear inspiración; se trata de vivir del reflector…. y no, no es lo mismo. En el primer concepto el eje está en los méritos, en el segundo, la vanidad y el ego son el centro. Todos recordamos el caso Elizabeth Holmes y Theranos.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.