Por Delphine Borione*

¿Cómo unirse, actuar con más fuerza y resistir juntos por la defensa de los derechos de las mujeres y niñas y la igualdad de género en un contexto internacional marcado por ataques e intentos de regresión?
Defender los derechos de las mujeres y las niñas y la igualdad de género es, hoy más que nunca, un asunto estratégico y geopolítico. Las investigaciones demuestran que, cuando las mujeres participan en los procesos de negociación, la probabilidad de que estos sean sostenibles aumenta en un 35 %. Del mismo modo, las políticas que integran plenamente la igualdad de género permiten desarrollar sociedades más justas, sostenibles y resilientes, luchar más eficazmente contra el calentamiento global y estimular el crecimiento.
Sin embargo, los derechos conquistados enfrentan una ola de regresión global. Son demasiados los países en los que millones de mujeres se ven privadas de sus derechos fundamentales y de disponer de su cuerpo: 193 millones de mujeres solo pueden acceder a un aborto cuando su vida está en peligro, y 142 millones no tienen derecho a abortar en ningún caso. Hoy, 47 000 mujeres siguen muriendo en el mundo por causas evitables vinculadas a abortos clandestinos; es decir, una mujer cada nueve minutos.
El aumento de la violencia en el mundo también afecta de manera desproporcionada a las mujeres. La violencia sexual relacionada con los conflictos ha crecido un 50 % entre 2022 y 2023. Dondequiera que las crisis repercuten en el tejido social —en Afganistán, Irán, Gaza, Ucrania o Sudán—, son en primer lugar los derechos de las mujeres los que se ven afectados.
A ello se suma la emergencia climática, que agrava las desigualdades: las mujeres y las niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir durante los desastres naturales. En otras palabras, la diplomacia feminista es muestra del compromiso de los gobiernos con el derecho a una vida digna, sana y libre para todas las mujeres y niñas, en todas las circunstancias.
Desde 2019, Francia defiende una diplomacia feminista, erigiendo este principio como una prioridad transversal de su acción exterior: paz y seguridad, desarrollo, gobernanza democrática, acción humanitaria, entre otros ámbitos. México fue el quinto país en asumir una política exterior feminista en 2020, y los avances logrados en materia de paridad política y acceso a derechos como la interrupción voluntaria del embarazo en muchos estados del país son notables.
En 2021, copresidimos el Foro Generación Igualdad, donde se adoptó un programa a cinco años en torno a coaliciones concretas, con compromisos financieros internacionales estimados en 40 000 millones de dólares. Esa diplomacia feminista, lejos de ser un simple discurso, se ha materializado en políticas públicas y asociaciones sólidas que trascienden falsos antagonismos entre el Norte y el Sur.
El 7 de marzo de 2025, Francia presentó su Estrategia Internacional para una Diplomacia Feminista, reforzando la defensa de la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Se establecieron nuevas prioridades que colocan la igualdad de género en el centro de la respuesta a los desafíos contemporáneos: crisis y conflictos, cambio climático, salud, finanzas internacionales, sector digital e inteligencia artificial.
La diplomacia feminista francesa impulsa iniciativas emblemáticas, como el Fondo de Apoyo a las Organizaciones Feministas, lanzado en 2020 para respaldar con más de 200 millones de euros a 1 400 organizaciones en 75 países, 22 de ellas en México. Otro ejemplo es el Laboratorio para los Derechos de las Mujeres en Línea, creado en 2024: la primera plataforma internacional de intercambio e incubadora de proyectos contra la violencia de género en el entorno digital. Ese mismo año, Francia reconoció la labor de la activista mexicana Olimpia Coral con el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos.
Pese a estas iniciativas y a los avances logrados por la comunidad internacional, aún queda mucho por hacer. De mantenerse el ritmo actual, nos tomará, según ONU Mujeres, cerca de 300 años lograr una igualdad real en el mundo. No podemos esperar tanto tiempo.
En este contexto, la IV Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas, que Francia acoge los días 22 y 23 de octubre de 2025, será un llamado a la movilización global. Relevará a México, que organizó la III Conferencia con éxito, logrando el respaldo de 19 países a su ambiciosa declaración final. Al reunir a ministras y ministros de Asuntos Exteriores de todas las regiones del mundo, así como a representantes de organizaciones internacionales, bancos públicos de desarrollo, sociedad civil y académicos, Francia reafirma que los derechos de las mujeres no están sujetos a debate político ni son un componente accesorio de la política internacional, sino el núcleo mismo de los derechos humanos y de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
En un escenario global de recortes al financiamiento y auge de movimientos antiderechos, la Conferencia en París reafirmará la determinación común de defender y promover los derechos de las mujeres y la igualdad de género, sin aceptar retrocesos.
Actuemos ya: es tiempo de mujeres.
*Delphine Borione, Excelentísima Embajadora de Francia en México, cuenta con 35 años de experiencia diplomática en el seno del Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores, en el gabinete de la Presidencia de la República francesa y en instancias multilaterales. Fue Embajadora para los Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores entre 2021 y 2024.

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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