Por Diana Murrieta*

El viernes pasado se vinculó a proceso penal el ginecólogo Luján, este caso representa una realidad muy poco explorada en nuestro país, marca un momento clave para el acceso a la justicia de mujeres víctimas de violencia gineco-obstétrica en México. Este avance no puede entenderse sin el trabajo jurídico que sostuvo el caso desde el inicio, encabezado por el despacho Nassar, Nassar y Asociados, en específico por abogadas como Isabel Esteve Gómez Mont y Yulieba Gómez Islas, quienes han representado y acompañado a las víctimas en un proceso largo, complejo y profundamente adverso. 

Que hoy Luján enfrente la justicia no es producto de una reacción espontánea del sistema. Es el resultado de la persistencia de mujeres que decidieron romper el silencio y de una estrategia legal que logró traducir experiencias de violencia normalizada en argumentos jurídicos capaces de atravesar resistencias institucionales y el blindaje que durante años protegió a un médico con prestigio y poder. Nombrar este acompañamiento desde el inicio es fundamental para entender por qué el caso avanzó cuando tantos otros quedan en el camino.

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