Por Edmée Pardo
Cualquiera que esté leyendo o escuchando esta columna lo hace porque conoce el lenguaje alfabético o lingüístico en su formato oral o escrito. Pero hay muchos lenguajes con su propia nomenclatura y lógica, que se escriben y leen, como el lenguaje matemático entre otros, que es casi tan importante como este. A diferencia de palabras y verbos que son interpretables y pueden crear ambigüedades, el lenguaje matemático expresa con exactitud cantidades, relaciones, y estructuras. Su escritura a base de números, símbolos y signos es una forma de comunicación precisa, lógica y universal, con un significado concreto, compartido, y por ende entendible, en todo el mundo. De ahí el famoso dicho, dos es dos aquí y en China.
La mayoría de nosotros conocemos lo básico de este sistema, los números y los signos de suma +, resta-, multiplicación x, división / y de igual =. Gracias a eso podemos leer que tres más tres es igual a seis de esta manera 3+3=6. Sube un poco la dificultad cuando no solo se debe conocer el valor de cada símbolo sino el orden de las operaciones. Por ejemplo, el resultado de la suma cinco más dos se multiplica por dos y resulta en 14. (5+2) x 2=14. Pero la cosa realmente se empieza a complicar cuando se usan variables como x o y con operaciones más complejas, funciones o ecuaciones.
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