Leer para perderme

Desde que leo con los oídos sobre su vida, la mía ya no importa y solo quiero saber qué fue de la suya

Leer para perderme
Edmée Pardo

Por Edmée Pardo

Escribo.  “La radio en México…”, cuatro palabras simples para dar inicio a un artículo sencillo, de 400 palabras, sobre las estaciones que escucho.  Hago una pausa antes de seguir. ¿Quién inventó la radio? ¿Lo estudié en la primaria? Busco en Wikipedia. Una invención colectiva en la que participaron Stephanova, Marconi, Tesla, Cervera. ¿Y Hertz? ¿No por eso son las ondas Hertzianas?  Pico un enlace aquí y otro allá y llego a la biografía de Guillermo Marconi quien hizo la primera transmisión de radio en la historia en 1846. Hay muchas biografías del personaje, algunas autorizadas por él, otra la escribió su hija, pero elijo la versión en audiolibro de Marc Raboy. En audiolibro una no se fija en el número de páginas, sino en el tiempo de narración. 36 horas. Lo puedo escuchar mientras me unto los afeites y visto, mientras recojo los trastes o cocino.  

Apenas escucho el prólogo sé que soy mujer al agua sin posibilidad de rescate, más bien sin deseo de pedir auxilio. ¿Cómo no sabía nada de este hombre tan extraordinario? ¿Inglés o italiano?¿Autodidacta o académico? Su vida está llena de misterios.  Innovador en ciencia y tecnología, diseñó una manera de conectar al mundo sin la necesidad de cables; empresario, embajador, senador de Roma, caballero de Inglaterra, premio nobel, miembro de la crema y nata de la sociedad; visionario, persistente, enamorado del poder, todo un rockstar de su época.