Por Frida Mendoza
Todo sucedió en TikTok y de ahí se viralizó a otras redes, a los medios y las pláticas casuales de “¿viste lo que pasó?”. Valeria Márquez, una joven influencer de 23 años, fue asesinada mientras platicaba en un live. Lo impensable en tiempo real.
El live de Valeria era similar a lo que hacen muchísimas personas, comentan de su vida, sus actividades o sus preocupaciones, tal como ella comentó en vivo tras recibir regalos extraños o mensajes, cuando ella, incluso en una ‘broma’ que no sonaba a broma, mencionó que podrían asesinarla. Luego, minutos después, sí pasó.
Ayer, en la editorial de su programa de radio, Pamela Cerdeira mencionó algo que también pensé: parecía un episodio de Black Mirror llevado a la realidad.
Para ser específica podría decir que pensé en uno de la nueva temporada, Una pareja cualquiera, cuya trama principal aborda el negocio de la salud llevado a otros límites pero que frente a una desigualdad en la que muchas personas no logran costear ciertos tratamientos médicos recurren a otras técnicas como hacer lives a cambio de dinero. La diferencia obvia aquí es que Valeria no hacía nada más que hablar y fue asesinada en vivo, a cuadro.
Pero para no divagar mucho, aunque el tema de los videos en vivo lleva tanto tiempo, es tan útil para tantos y de ocio para muchos otros, es difícil poder controlar o saber lo que sucederá en ellos y de pronto ser testigos de la muerte en línea ya no parece descabellado.
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