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Por Frida Mendoza
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La primera vez que escuché de no mostrar el rostro de un bebé fue llamativo. “Es que fulanito me reclamó por subir una fotografía de su hija sin pedirle permiso”, dijo una conocida y aunque era raro, se sintió como algo lógico. 

Con el tiempo lo he visto más constantemente, en las redes de amigxs y más conocidxs, sus bebés -pese a ser una parte importantísima de sus vidas- no salen, tal vez de espaldas, tal vez una manita, pero su rostro nunca.

¿Por? Las explicaciones abundan en redes, sobre todo entre mis amigas mamás es fácil de comprender: no exponer el escudo de los uniformes, credenciales, nombres completos y su rostro es una forma de proteger a las infancias. He visto las explicaciones en canales como el de la familia viajera Vagaboom o con términos de ciberseguridad en las columnas de Ana Cecilia Pérez aquí mismo en Opinión. Se les protege de fraudes, de uso ilegal de sus nombres y de delincuentes. Que cuando crezcan decidan ellxs mismxs sobre su huella virtual.

Sin embargo, hay otro patrón y aquí quisiera hablar de otros casos. Los bebés sin rostro que protegen de padres ausentes, padres que ejercen violencia vicaria.

Para escribir sobre esto le pregunté a mi amiga Karen Rivera para saber si podía contar su historia. Su hija de un año es una bebé muy sonriente y hermosa que forma parte de mis alegrías al entrar a Instagram. En close friends la he visto crecer, ampliar su alimentación, sus primeros pasos… y en las redes públicas no hay rastro de su rostro. La razón está en que su padre, un papá ausente, usa las fotos de su hija para presumirla, para mostrar al mundo de su instagram lo bonita que es y demostrar su supuesta presencia. Mientras tanto, se limita únicamente dar una cuota alimentaria mínima que le fijó una Comisaría de Familia hace 4 meses y aún así reclama por ese aporte y exige derechos que no se ha ganado. Es que criar a un hijx es baratísimo, claro.

Unos meses atrás, a partir de la entrevista viral que Cazzu dio en la que explicaba la violencia vicaria que vivía pues no puede viajar con su hija Inti debido a que Cristian Nodal no firma los permisos para salir del país, he visto a otras mujeres –cercanas y otras no tanto– explicar que viven casos similares. Además de todas las razones que compartí arriba de proteger a las infancias, tiene todo el sentido del mundo que el rostro de su bebé no sea posteado en historias.

¿Qué hubiera pasado si hace 32 años hubiera existido Instagram? ¿Qué hubiera posteado mi mamá? Pienso, sinceramente, que también habría sido una bebé sin rostro. Cuando mi padre se desentendió, mi mamá con todo el temple que habita en ella optó entonces por el contacto cero pese a que trabajaban en el mismo sitio (siempre pensaré en ello como un wow) y cuando nací, aunque llamó para preguntar “si había sido varón” mi mamá colgó. Hubo un par de ocasiones que pudimos encontrarnos frente a frente y mi mamá me protegió, ¿por qué habría de verme alguien que no apoyó a mi mamá, no me quiso y tampoco le interesó un vínculo legal en su vida? Y fue así como ni él, ni yo, conocimos nuestros rostros cuando fui menor de edad (ya después sí, aquí conté la historia). 

Pero antes de seguir divagando en historias personales, regreso entonces a esos bebés sin rostro y sin ser madre respeto absolutamente la decisión de todas, ya sea que sus hijxs estén en redes o no. 

Karen es colombiana, vive en Bogotá y tanto durante su embarazo como en el postparto ha vivido una serie de complicaciones médicas que, sin afán de romantizar lo que ha pasado, no la han detenido para sostener a su hija, apoyarse con su mamá -autónoma también-, trabajar y hacer lo que le gusta. Sin embargo, el progenitor de su hija la ha acosado judicialmente, no ha colaborado económicamente como debería, amenaza con llevarse a su hija y se ha atrevido a hablarle violentamente por lo que existen procesos legales abiertos. ¿Por qué tendría derecho un hombre que no ejerce su paternidad a ver el rostro de su hija?

Hoy es 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y tiene toda la lógica que cuando hablamos de este día hablemos de la violencia física, la violencia feminicida porque son el grado más alto de esta violencia pero también pienso que recordar este tipo de actos que si bien parecen ignorables y con los que las mujeres pueden seguir adelante con su vida, tal como lo hace mi amiga Karen, la realidad es que la violencia vicaria es eso, violencia, y silenciosamente miles de mujeres en México y el mundo siguen adelante pese a ella.

Unas cuantas cifras: de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la dinámica de las relaciones en los Hogares (ENDIREH) realizada en 2021 por el Inegi, en México el 70.1% de las mujeres de 15 años y más ha experimentado, al menos, una situación de violencia a lo largo de la vida. La violencia psicológica fue la de mayor prevalencia (51.6%), seguida de la violencia sexual (49.7%). En el ámbito comunitario es donde viven mayor violencia (45.6%), seguido de la relación de pareja (39.9%).

Además, la prevalencia de la violencia familiar aumentó con respecto a 2016, pasando del 10.3% al 11.4%.  De este tipo de violencia, los subtipos de violencia psicológica, económica y familiar fueron las que mayor número de registros presentaron en las mujeres encuestadas.

Actualmente, la violencia vicaria es reconocida principalmente en la mayoría de las leyes locales de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, en algunos códigos civiles (8) y penales (11) de los estados y a nivel federal no está ni en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el Código Civil o el Código Penal federal.

En Colombia (no quise quedarme con la duda) está en vías de ser reconocida a partir de dos proyectos de Ley. Qué curioso, con toda la intención de ser sarcástica, que haya tipos de violencia contra las mujeres cuya intención clara está en hacer daño a las mujeres mediante el sufrimiento de sus hijxs.

Ver a las y los bebés de mis amigas crecer me da una infinita alegría y pienso que cuidar de las infancias debería de ser una de nuestras mayores responsabilidades como sociedad, que no deberíamos siquiera de pensar en tener que resguardar sus rostros porque corren peligro junto a sus madres, pero la realidad es otra.

Este 25N –y todos los días– pensemos en ello.

✍🏻
@FridaMendoza_

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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