Por Gabriela Gorab*
En esta columna: cuando el arte se comparte, deja de ser ego y se vuelve revolución; Gabriela Gorab traza un mapa de colaboraciones históricas para recordarnos que crear juntos es resistir, trascender y reinventar la belleza colectiva.
Todos los que estamos en el arte —desde el creador solitario hasta el colectivo más efervescente— buscamos, en el fondo, lo mismo: comunicar, conectar y trascender lo efímero de este plano.
Expresarnos no solo para dejar huella, sino para construir un mundo más sensible y consciente frente a las limitaciones del sistema.
El arte, cuando es auténtico, no se trata del “yo”, sino del “nosotros”.Y quien está en el arte y no colabora, simplemente, no entendió nada.
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