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Por Gabriela Sotomayor

El “famosísimo” médico internista, epidemiólogo e investigador Hugo López Gatell vuelve al ataque. Así como de la nada, la presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer que Gatell sería el representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien contará con el nivel de embajador y trato preferencial pues tendrá además de un sueldazo, el pago de gastos diarios, chofer, auto a la puerta, renta de una buena casa, servicio y varias comodidades.

Al principio el nombramiento parecía una mala broma, después una confusión, parecía un rumor, pero la que se encargó de despejar todas las dudas fue Sheinbaum con un categórico “yo lo nombré” (y le faltó decir “¿y qué?”).

Una vez pasada la pandemia del Covid-19 pensamos que íbamos a descansar de sus imprecisiones, mentiras, frases célebres, además de puntadas sacadas de la manga y dichas con absoluta seriedad.

Desde el 1 de diciembre de 2018 hasta el 26 de septiembre de 2023 fungió como titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud. Como el entonces secretario de Salud Jorge Alcocer Varela ya estaba un poco mayor y bastante cansado fue Gatell el que tomó su lugar de facto.

Llegó el año de 2019 y también llegó el virus del Covid-19. Un nuevo virus apareció en China y después de mucho negarlo Xi Xinping tuvo que reconocerlo ante el mundo por las presiones del titular de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el buen Dr. Tedros.

La vida me puso en Ginebra en aquellos tiempos difíciles. Tuvimos conferencia de prensa todos los días, vimos cómo el virus se propagó a Italia, luego a Europa, África, Asia y América Latina hasta que Tedros proclamó la Pandemia del Covid y con ello todos los gobiernos estaban obligados a seguir ciertas medidas de manera obligatoria, en concordancia con el Reglamento Internacional de Salud.

Los gobiernos comenzaron a cerrar fronteras, a prohibir viajes, vuelos y aconsejar a los ciudadanos “quedarse en casa”. Después, China cerró y Europa hizo lo propio, a pesar de poner en riesgo sus economías. Sin embargo, México hizo exactamente lo contrario. Gatell fue nombrado el “Zar del Coronavirus”, era el responsable de recomendar al gobierno lo que tenía que hacer para evitar los contagios. Tiempo antes de cerrar, López Obrador, aconsejado por Gatell, no recomendó a la gente ventilar los espacios cerrados, poner purificadores de aire en transporte público, entre otras medidas. Lo que fue curioso es que en MX en todas partes te recomendaban limpiarte muy bien los zapatos, dejarlos a la entrada de la casa, como si la gente fuera a chupar el piso.

Cuando se declaró la pandemia, Gatell no recomendó el uso de cubrebocas, no recomendó el cierre de negocios excepto autoservicios y farmacias, sostuvo que el presidente podía prescindir del tapabocas porque su “fuerza era moral y no una fuerza de contagio”. Para información más detallada sobre los errores de Gatell pueden leer mis artículos en Eje Central de aquel entonces. Todo lo que estaba haciendo el subsecretario era contrario a lo que recomendaba la OMS, hasta que empezó a subir como la espuma la cifra de muertos, la necesidad de ventiladores para enfermos graves y se saturó el cupo de los hospitales. A los médicos y enfermeras mexicanos del sector público, los más afectados por el Covid en todo el mundo, AMLO no los equipó con trajes especiales para evitar el contagio. Al fin, el resultado, al menos 340 mil muertos y 700 mil casos confirmados por la 4T, pero se temía que el número era mucho mayor.

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