Por Gabriela Sotomayor
Conocí a María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025, en Ginebra, Suiza, con motivo de un evento celebrado en el marco del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Corría el año de 2015. En dicha sesión participó el ahora dictador Nicolás Maduro. María Corina era una simple activista que alzaba la voz por cientos de manifestantes —la mayoría jóvenes—, asesinados en las marchas en las que protestaban contra la opresión del régimen, la falta de medicamentos y la escasez de alimentos básicos en los supermercados.
Según informes de la Misión de Investigación de la ONU sobre Venezuela, Maduro dio órdenes de disparar (a matar) a los manifestantes. Los miembros del ejército se vistieron de civiles e iban en motocicletas. Desde ahí asesinaron a cientos de jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Fue un escándalo cuando la Misión de la ONU publicó dicho documento, y otros que siguieron dijeron que tenían “motivos suficientes para afirmar que Maduro había cometido crímenes de lesa humanidad”.
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