La turbia Abdala y otras historias cubanas

Hasta el momento la única vacuna que la OMS ha autorizado para aplicarla en niños de 5 a 18 años es la Pfizer con una dosis adaptada para su edad.

La turbia Abdala y otras historias cubanas
Gabriela Sotomayor
Por Gabriela Sotomayor
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El 12 de mayo la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) anunció con bombo y platillo que el Comité de Moléculas Nuevas emitió una opinión favorable para la aplicación de la vacuna cubana Abdala  para niños entre 5 y 18 años de edad. Pero oh, pequeño detalle, el fármaco para inmunizar contra el COVID no cuenta con la autorización de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni para aplicarla a los adultos, ni para niños. Menudo detalle.

“La vacuna, desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la República de Cuba, está indicada para la inmunización activa específica contra la infección SARS CoV-2 en niños y niñas a partir de los 5 años de edad , con eficacia a las formas clínicas leves, moderadas y graves de COVID-19 de 92.13%, 88.99% y 92.33%, respectivamente”, remarca el orgulloso comunicado de la COFEPRIS.

A ver a ver, como dice el clásico, “yo tengo otros datos”.  Para empezar, la Secretaría de Salud ha señalado que las decisiones que han tomado con respecto al COVID en el país se apegan a lo estipulado por la OMS. Lo cual no es una gracia, es parte de las obligaciones de todos los estados miembros a de la organización por la declaración de la emergencia de salud mundial. En este sentido, es un tanto sospechoso que el 5 de mayo la OMS anunció el fin de dicha emergencia de salud  y acto seguido, el 12, ya sin ese lastre vinculante  del Reglamento Sanitario  Internacional, la COFEPRIS  anuncia con absoluta despreocupación su aval para aplicar la Abdala en los niños. Como dice una compañera de páginas en O51, “piensa mal y acertarás”.

Hasta el momento la única vacuna que la OMS ha autorizado para aplicarla en niños de 5 a 18 años es la Pfizer con una dosis adaptada para su edad. Repito, es la única. Y para adultos la OMS ha autorizado las siguientes: Pfizer-BionTech , aprobada el 31 de diciembre de 2020; la Oxford/AstraZeneca autorizada el 12 de marzo 2021; la Janssen el 12 de marzo 2021; la Moderna el 30 de abril de 2021; la Sinopharm el 7 de mayo de 2021; la CoronaVac de Sinovac el 1 de junio de 2021; la Covaxin de Bharat Biotech el 3 de noviembre de 2021; la Covavax el 17 de diciembre de 2021; Nuvaxovid el 20 de diciembre de 2021 y la última vacuna que contó con la aprobación de la OMS fue la Cansino el 10 de junio de 2022 .

Aquí cabe la pregunta: ¿Si el gobierno cuenta con 63 millones de dólares, por qué no compró la Pfizer que sí está autorizada? La compra de la Abdala la presumió el zar del coronavirus, el distinguido Subsecretario de Salud Hugo López Gatell, el 6 de septiembre de 2022, es decir cuando todavía estaba vigente la emergencia sanitaria mundial y México debía acatar los lineamientos de la OMS.

"Tenemos ya el contrato con el Gobierno de Cuba y su compañía de biotecnología para la vacuna Abdala, con 9 millones de dosis que, dado que este es un esquema de tres dosis, serán suficientes para 3 millones de niñas y niños",  anunció  López-Gatell.

En ese momento el funcionario conocido como Dr. Muerte no ofreció más detalles sobre el monto del contrato firmado con Cuba, pero haciendo cálculos a ojo de buen cubero si cada vacuna cuesta 7 dólares, el gobierno de Palacio Nacional se comprometió a pagar alrededor de 63 millones de dólares.

En diciembre de 2021 México se convirtió en uno de los primeros países del mundo en autorizar el uso de emergencia de Abdala junto con Cuba, Nicaragua, Venezuela, Vietnam y San Vicente.

Y no fue para ahorrarse una lanita,  porque la Abdala es más cara que la Astra -Zeneca por ejemplo. Es impensable, inaudito, incomprensible que si se tienen los fondos suficientes se compre una vacuna para la niñez mexicana que no ha sido aprobada  por la OMS. Es inconcebible.

Por otra parte, que quede claro, no estoy diciendo que la Abdala pueda acarrear mayores riesgos para los niños, pero tampoco metería las manos al fuego para defenderla. No soy científica, no cuento con esas credenciales, pero tampoco es una cuestión de doctorado. Si vas a gastar millones de dólares, mejor irse a la segura, ¿no?

La vacuna Abdala sólo cuenta con información de ensayos clínicos que se llevaron a cabo en Cuba y según revistas especializadas no hay ningún estudio que compruebe su efectividad contra la variante Ómicron que es la que circula en todo el mundo.

Según expertos, “la credibilidad de cualquier vacuna y su aceptabilidad por la comunidad, se basa en gran parte en la publicación de los resultados en revistas científicas de reconocido prestigio. Sin embargo, de Abdala no hay ninguno, además de lo publicado por el gobierno de La Habana’’.

En respuesta a las críticas por la falta de datos sobre ensayos clínicos de la Abdala, Cuba achaca a las sanciones económicas impuestas por  Estados Unidos el retraso en la autorización de la OMS por la "negativa de varios bancos" a hacer una transferencia a una empresa encargada de parte de la producción.

Y para acabar con el cuadro, el titular de COFEPRIS (muy bien parecido, lo que sea de cada quién) Alejandro Svarch Pérez, al parecer tiene un pasado muy ligado a Cuba, se habla de  que su corazón late de alegría cuando camina por las calles de la isla caribeña , lugar que recorrió muchas veces cuando  fue miembro de la Junta Directiva de Médicos sin Fronteras en América Latina más  12 años de voluntariado en países como Suiza, Cuba, Brasil y Uruguay. Tampoco está del todo claro su lugar de nacimiento, al parecer  tiene familiares en Argentina y en Cuba.

Ahora bien, si el objetivo es ayudar económicamente al gobierno de Miguel Díaz Canel, en lugar de comprar una vacuna tan opaca, pues mejor que hubieran hecho un donativo a la isla, además de los millones  que le han pagado por la contratación de los médicos cubanos, que por cierto fue gestionada por Svarch . Es sabido que La Habana se queda con 70 a 90 % del sueldo de los médicos que van a trabajar a otras partes del mundo. Además de quedarse con la mayor parte  de sus honorarios, el gobierno castrista tienen reglas draconianas para los galenos, lo que la ONU ha calificado de “esclavitud moderna”. Quedan muchas cosas que decir sobre la exportación del personal de salud cubano, pero esa es otra historia…

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@gsotomayorgva

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