Por Georgina de la Fuente
Desde el inicio del siglo, algunos movimientos latinoamericanos comenzaron a referirse a los “movimientos antiderechos” para señalar a grupos conservadores que se oponían a la ampliación de derechos en el marco de la lucha por la igualdad de género, los derechos de la diversidad sexual y la legalización del aborto. En Argentina, por ejemplo, organizaciones y activistas lanzaron en 2005 la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En sus boletines y comunicados se hacía referencia a los sectores religiosos como “sectores antiderechos”. De este modo, se comenzó a marcar una línea antagónica discursiva entre quienes buscaban ensanchar los derechos de las mujeres y quienes buscaban restringirlos. En Uruguay, también, diversos colectivos que impulsaron campañas para promover la legalización del aborto acuñaron el término “grupos antiderechos” para identificar a las asociaciones religiosas que presionaban al Ejecutivo y al Legislativo para que los proyectos de ley en la materia no avanzaran.
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