Por Heidi Osuna
El mundo ha presenciado con consternación el castigo colectivo que Israel ha atestado en contra de los civiles palestinos. El pasado 29 de diciembre, Sudáfrica acusó formalmente a Israel de genocidio ante el máximo tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que ordene el cese inmediato de las operaciones militares israelíes en Gaza. Por su parte, Israel negó de manera categórica estas acusaciones, clasificándolas como "infundadas".
La respuesta a esta denuncia ha sido polarizante. Países como Brasil, China, Colombia, Jordania, Chile y manifestaciones por todo el mundo han elogiado la decisión de Sudáfrica de llevar el caso ante la CIJ, mientras que Estados Unidos, el principal aliado de Israel, censuró fuertemente esta petición. El senador Barnie Sanders, una de las voces más críticas en el congreso estadounidense, ha condenado las acciones de Israel en Gaza como “inmorales y contrarias al derecho internacional”, subrayando que Estados Unidos no debe ser cómplice de estas acciones.