Lady Macbeth y la erradicación de la violencia

La Compañía de Teatro Penitenciario El Mago, de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, salió de la cárcel para celebrar sus 13 años de existencia.

Lady Macbeth y la erradicación de la violencia
Por Brenda Macías*

Lady Macbeth es la protagonista de MCBTH. Ruega por nosotros, una adaptación de La Tragedia de Macbeth, de William Shakespeare. Con esta puesta en escena en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” de la Ciudad de México, la Compañía de Teatro Penitenciario El Mago, de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, salió de la cárcel para celebrar sus 13 años de existencia. Esto ocurrió el pasado 25 de noviembre. Y mientras la Compañía de teatro carcelario se preparaba para celebrar su trayectoria, en la calle, centenares de mujeres marcharon por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Cuando la función estaba por comenzar, los resabios de la protesta dejaron una fila interminable de camiones que trasladaban a miles de policías equipades con escudos y máscaras, más patrullas y motopatrullas, y un fuerte operativo para mantener no solo la seguridad de los monumentos y de quienes asistieron a la marcha, sino para contener algún intento de fuga de los presos que momentáneamente salieron de sus celdas para contarnos una historia.

En el escenario del “Esperanza Iris” pudimos conocer una versión o un nuevo texto espectacular basado en el de Shakespeare que había sido presentado por primera vez hace más de 400 años en la Inglaterra isabelina. En esta ocasión –como es costumbre de la Compañía de Teatro Penitenciario El Mago–, la puesta en escena fue una reinvención, relectura y reinterpretación de la tragedia original. En esta oportunidad, Lady Macbeth fue la protagonista y la interpretó de forma magistral la actriz Valeria Lemus. La dirección corrió a cargo de Itari Marta y la co dirección fue de Javier Cruz e Ismael Corona.

En una hora, la Compañía de Teatro Penitenciario fue capaz de condensar la anécdota de Shakespeare. Y por ser una tragedia: todos mueren. Empezando por el rey Duncan. Tres brujas vaticinaron lo que estaba por venir. Lady Macbeth recomienda a Macbeth que cometa el asesinato para que él –su esposo– ocupe el trono. Ella es cómplice pero también es víctima. Obvio, si el rey muere su grey llorará y se lamentará por ello, buscarán justicia, o en la mayoría de los casos: venganza. Pero.. si la mujer maldita, consejera maligna, ambiciosa, puta y sanguinaria se suicida o desaparece por una legión de violadores y feminicidas seguramente será motivo de celebración, pero sobre todo de enjuiciamiento.    

¿Cuántas veces no hemos escuchado que si una mujer es víctima de feminicidio es porque se lo buscó?, por andar en malos pasos, por vestirse de forma provocativa, por ser mala madre, mala hija y mala esposa. Por andar en calles oscuras. Y la revictimización es la norma para quienes sufren ultra violencias. Recordemos que en este país de las maravillas o eres virgen o eres puta. No nos tomamos un respiro para conocer el contexto, ni las circunstancias ni la historia de quienes son víctimas de la violencia de género, en especial. Nuestra sensibilidad se desvanece cuando nos enfrentamos a las figuras de poder.

Entre Antígonas y ladies Macbeth

Moira Fradinger, profesora asociada de Literatura Comparada de la Universidad de Yale, en la conferencia magistral “Nuestras Antígonas: De Madre Patria a Asamblea Revuelta” que ofreció en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, compartió una tesis muy interesante que será publicada en el libro Antígonas. Writing from Latin America, editado por Oxford University Press.

A grandes rasgos, la investigadora expuso que los grupos de teatro latinoamericano canibalizan, regurgitan, escupen y se quedan con lo que sirve de los textos dramáticos clásicos del norte global para insertarlos en cada circunstancia histórica de las naciones de Nuestra América –casi siempre– marcadas por la violencia.

Y aunque la académica se refería en especial al análisis que ha hecho de un extenso corpus de los textos dramáticos y espectaculares realizados desde 1824 sobre la Antígona de Sófocles, me atrevo a decir que la estrategia de canibalizar y regurgitar los textos clásicos se observa claramente en las propuestas de la Compañía de Teatro Penitenciario. Al menos en dos de las más importantes: Ricardo III, versión 0.3 y MCBTH. Ruega por nosotros.

Teatro: ensayo para la caída del patriarcado

Recuerdo aquella propuesta de Augusto Boal, quien fue citado en la conferencia de Moira Fradinger. Boal fue un teórico y director de teatro brasileño, quien aseguró que el teatro político latinoamericano es un ensayo para la revolución. Cada vez que voy al teatro tengo esa sensación, que el teatro me está dando armas para enfrentar los cambios que necesitamos: la caída del patriarcado, y la visibilización, la denuncia y la erradicación de las violencias contra las subjetividades feminizadas. En este momento escribo “subjetividades feminizadas”, y no mujeres, para aclarar que soy feministra trans incluyente.

El teatro político que hace la Compañía de Teatro Penitenciario El Mago, con cada una de sus propuestas, nos recuerda que aunque el teatro se haga en lo más recóndito de la cárcel, en la selva, en el desierto o en la universidad es posible tomar conciencia, tomar partido o postura sobre las urgencias sociales, en este caso la violencia contra las mujeres. ¿Será posible que estas propuestas artísticas logren sanar el odio que existe contra nosotras? ¿Será posible que podamos dejar la tibieza y tomar acción?

Antes de cerrar, cuentan las leyendas del teatro que cada vez que alguien se atreve a producir y mencionar Macbeth de Shakespeare ocurren infortunios. Esta puesta en escena no se salvó de ellos porque los músicos de la Penitenciaría salieron de tono y de ritmo. Espero que la ovación de pie los haya liberado de la tensión que estaban experimentando y a nosotras nos libre de la maldición de Macbeth.

¡Hasta la próxima entrega!

*Jefa del Departamento de Difusión y Extensión del CIEG de la UNAM

@brendamargotms

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