¡A leer!

En México existen en la actualidad 52.8 millones de ciudadanos (18 años +) que pertenecen a la población lectora del país. De ellos, 4.5 millones son analfabetas, lo que deja una potencial población lectora en 48.3 millones de personas.

¡A leer!
Por Claudia Pérez Atamoros
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No estudio por saber más, sino por ignorar menos.

Sor Juana Inés de la Cruz

Recién acaba de concluir la feria madre de los libros en México –La Feria Internacional del Libro de Guadalajara– y la segunda más importante a nivel mundial tras la de Fráncfort en Alemania. Aguantó vara en 2021 y regresó por sus puritos fueros en este 2022.

Aunque no rompió el récord de asistencia del año previo a la era pandémica (2019, 828,266 visitantes) sí triplicó –más un poquito más- las cifras de asistentes del 2021 (251,900).

En 2022 acudieron 806,805 personas, estuvieron presentes 49 países y 2173 editoriales (244 menos que en 2019 pero 950 más que en 2021) que pusieron al alcance de los lectores una gran variedad de libros, conferencias, homenajes y eventos diversos entre los que destacaron, desde luego, Las mesas de Opinión 51.

Sirvan los datos anteriores de pretexto para repasar las estadísticas publicadas por el INEGI bajo el rubro Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2022 y que resultan muy interesantes pues se obtuvieron de un universo de población que sabe leer de 18 años y más.

El Módulo sobre Lectura (MOLEC) considera libros, revistas, periódicos, historietas y páginas de Internet, foros o blogs.

En México existen en la actualidad 52.8 millones de ciudadanos (18 años +) que pertenecen a la población lectora del país. De ellos, 4.5 millones son analfabetas, lo que deja una potencial población lectora en 48.3 millones de personas.

En 2022, 71.8% de la población estudiada leyó alguno de estos materiales MOLEC y se registró que el 67.9% eran mujeres y 76.1% eran hombres. Es decir, los hombres leyeron más que las féminas. Un dato preocupante dado que la lectura aparte de ser un placer gozoso es un medio para adquirir conocimientos y mantener el intelecto en forma y que subraya una clara desventaja.

En el rango de edad de 18 a 24, la cifra vuelve a estar a favor de los varones quienes ejercieron la lectura en un 86.5% mientras que del sexo femenino solo lo hizo un 77.0%.

Los hombres leen más periódicos que las mujeres a razón de 44.1% vs un 23.5%. Así mismo el sexo masculino declaró haber leído 4.2 libros en el último año, mientras que el femenino leyó 3.7 libros.

¡Hay que leer! Somos más, leamos más y rompamos atavismos. Leer es poder puro, puro conocimiento y también puro gozo.

Según el nivel educativo se consignó que de la población no analfabeta de 18 y más años, con al menos un grado de educación superior, el 88.4% leyó algún material considerado por el MOLEC; en contraposición, la población sin educación básica terminada solo registró un 49.9% de lectura. Un abismo de más del 38 por ciento.

Pero las desventajosas cifras de lectura en México no paran ahí.

El 43.2% de la población alfabeta incluida leyó al menos un libro en los últimos 12 meses. Dice el documento que esta cifra se ha mantenido “estable a lo largo de siete años”. ¿Estable?, ¡Estancada! sería más correcto y tampoco porque revisando los datos, debe consignarse que de 2016 a 2022 ha bajado de 45.9 a 43.2%.

Del universo que ha leído “al menos un libro” el 44.1% aseguró consagrar su tiempo a la lectura por puro “entretenimiento”, dividido en los de literatura (novela, cuento, ciencia ficción, poesía, teatro, etcétera) con 39.5%; de texto o universitario (ciencia, tecnología, matemáticas, medicina, comercio, derecho, entre otros), 29.5% empatados con los de autoayuda, superación personal o religiosos; mientras un 26.5% refirió leer de cultura general.

El COVID 19 aceleró el comercio digital y, desde luego, la compra de los e-books. Según datos del INEGI y de la encuesta en cuestión se acrecentó en un 16% de tal forma que hoy aproximadamente el 30% del universo lector en México lo hace a través de algún aparato digital.

Desde luego, se trata de personas con acceso a internet y en nuestro país, solo 3 de cada 10 lo tiene en tanto que 2 de cada 10 mexicanos no poseen un celular de los llamados inteligentes según constata la encuesta ENDUTIH del propio INEGI.

De acuerdo con la encuesta MOLEC 2022, siete de cada diez lectores en nuestro país, prefieren seguir haciéndolo a través de libros impresos. Romantizando digo que nada como el olor a tinta.

Nielsen Volsca México publicó que al primer semestre del año se registró un incremento con respecto a las ventas de libros en 2021 de un 19.7%, lo que en pesos significó, en tres meses, 2,316 millones 563 mil 871 pesos, una ganancia del 27.5% con respecto al mismo trimestre del año 2021.

Cifra que deja en claro el aumento significativo en los precios de los ejemplares impresos en este 2022. Sin duda, cuesta caro leer libros recién salidos de la imprenta, no así si se adquieren ejemplares publicados por el Fondo de Cultura Económica (que, por cierto, solo ha publicado a 68 escritoras contra más de 240 autores masculinos), fundado en 1934 por Daniel Cosío Villegas y de quien José Emilio Pacheco dijo en alguna ocasión: “Jamás sabré cómo sería el mundo si no existieran los libros del Fondo. Tampoco podré medir todo lo que me han dado. Lamentaré en todo caso no haber leído más, entre todo lo rescatable y digno de perduración y defensa en este cada vez más doloroso país nuestro sitiado por la miseria, la sequía y la violencia”.

Leamos pues. Que las encuestas no nos definan, sino nuestro interés por descubrir esos mundos que las escritoras mexicanas, por cierto, plasman con tanto talento, con esa pluma que se desliza entre la imaginación, la crueldad y la realidad de nuestros días.

¿Sugerencias decembrinas? Desde luego.

“La cabeza de mi padre” de la “rockstar” de la literatura femenina del momento, Alma Delia Murillo; Fernanda Melchor con “Temporada de huracanes” o “Páradais”; Valeria Luiselli “Los niños perdidos”, “Desierto sonoro”; La Nettel, Guadalupe “El cuerpo en que nací”; Brenda Navarro “Ceniza en la boca” o “Casas vacías”... Cristina Rivera Garza y “La cresta de Ilión”, por mencionar a unas poquísimas actuales y sin olvidar a las generaciones anteriores que abrieron brecha y sin restar valor a ningún tipo de publicación… y si le sigo nunca termino.

@perezata

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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