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Grupo Veinte mujeres y un hombre (parte IV)

Para la campaña presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado, Veinte mujeres y un hombre ya era un importante grupo que influía en las decisiones políticas del país.

De Consulta Popular,

Renovación Moral

y Combate a la Corrupción…

¿les suena?

Por Claudia Pérez Atamoros

Grupo Veinte mujeres y un hombre.

Del “Te apuesto a que no hay ni 10 buenas mujeres periodistas en este país” , al…

–¿Qué me van a pedir?

Era la pregunta –que a modo de respuesta– una y otra vez, recibía la vivaz Hylda Pino Desandoval cada que solicitaba una entrevista grupal para Las Veinte.

–¡Solo una entrevista de prensa! Nada más. Y, por supuesto, nosotras pagamos el desayuno.

Repitió hasta cansarlos… o convencerlos.

La suspicacia estaba presente. Llevó tiempo lograr que el profesionalismo del grupo derrotara los prejuicios y el ostracismo prevaleciente en la época hacia las mujeres y más si eran periodistas. Peor aún, inteligentes y contundentes.

Luego de solicitar por los canales oficiales una entrevista con el Secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid Hurtado, el 5 de marzo de 1980, el licenciado Miguel González Avelar llamó para confirmar que el desayuno se llevaría a cabo el 20 del mismo mes. A dos días de la cita, González Avelar la pospuso. La nueva fecha, 30 de marzo. Eso, para Hylda y Las Veinte, ya no pintaba nada bien.

–¡Qué barbaridad, nunca nos había pasado nada igual!

El 28 de ese mes, cuenta Hylda, cuando dejaba sus oficinas en la calle de Estocolmo, se topó con González Avelar quien justo iba a verla para cancelar de nuevo.

“Yo ya no tenía ganas de nada. Estaba contrariada y triste al mismo tiempo. El licenciado González Avelar me invitó a comer a Champs Elyseé a modo de disculpa. Estando ahí, me dijo, “mire señora bonita, qué bonita vista, le obsequio este pedazo de Paseo de la Reforma”. La ocurrencia del regalo me hizo reír con ganas. Antes de despedirse aseguró que De la Madrid en persona explicaría las razones de tantos cambios y él me daría la fecha definitiva. Me reí. Ya no estaba dispuesta a creerle otra vez y menos a quien minutos antes ¡me había regalado un cachito del Paseo de la Reforma!”.

“Dos días después, Julie, Ada, Bambi, Laura, Martha, Lucha y yo, recibimos por la tarde al Secretario De la Madrid y a González Avelar. Nos dijo que él estaba a las órdenes de los viajes que le indicara el señor presidente. Le dijimos que él nos podía firmar “vales por seis desayunos presidenciales” a lo que, luego de voltear a ver a González Avelar quien se había levantado para evitarlo, nos respondió que nos estábamos desquitando de tanta cancelación. Que aún le faltaban dos años al presidente. Y no los firmó.

Nosotros tampoco cejamos en nuestras preguntas y presiones para una nueva fecha.”

Dice Pino que para la campaña presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado, Veinte mujeres y un hombre ya era un importante grupo que influía en las decisiones políticas del país. (tal cual lo leen) Así que el candidato del PRI a la presidencia de la República Mexicana decidió invitar de dos en dos, a sus giras, a las periodistas.

Cuenta Hylda que Ricardo Rafael y Gastón Alegre eran los que coordinaban a los invitados especiales. “De la Madrid hizo una campaña árdua, tenaz, agotadora, porque el candidato deseaba desterrar la desconfianza que veían en esos rostros que se aglomeraban para oírlo” escribe la autora y añade en su crónica que “hubo una cosa que me llamó siempre la atención, el candidato no prometía nada, oía las peticiones, sonreía y decía que “la cooperación es de todos y así tendremos el México que anhelamos.”

Volviendo al desayuno.

Narra Pino Desandoval que el 3 de octubre de 1980 ya postulado, aceptó el desayuno con Las Veinte. Llegó faltando 10 minutos para las 9. Cinco lo recibieron en el hall del hotel sede. Sabiendo que venía muy ocupado, Ida Novi, corresponsal, le dijo “licenciado si usted viene muy ocupado hoy no desayunamos y nada más lo entrevistamos.

De la Madrid sonrió, “no se preocupe Ida que yo traigo mucha hambre así es que primero desayunamos y después las preguntas que quieran.”

–Durante su campaña ha hablado mucho de la Consulta Popular como un instrumento para comunicarse con el pueblo, ¿en qué consiste este procedimiento y cómo calificaría usted los resultados obtenidos?

–Yo he tratado de darle un alto contenido de Consulta Popular a mi campaña política. He señalado que la Consulta Popular es la etapa política de la planeación democrática de nuestro sistema político…pensamos que la campaña es oportunidad para que cada seis años el país haga un balance de sus problemas, de su situación y para que los distintos sectores sociales, las voces del pueblo…expresen cuáles son los asuntos que que más le preocupan a la ciudadanía y a la nación…”

—¿Qué diferencia hay entre Renovación Moral y el Combate a la Corrupción?

—El pasado 25 de septiembre de 1981, preferí usar el término renovación moral porque a mi modo de ver es más amplio y más profundo que simplemente la lucha contra la corrupción para hacer una nación vigorosa se requiere tener una moral social elevada. Una renovación moral de la sociedad no predicando una nueva moral sino haciendo ver la necesidad de reafirmar los valores en los que se cree en los que cree el pueblo de México y que de esa reafirmación conceptual venga una reafirmación de voluntad y de práctica. El gobierno lo que tiene que hacer es gobernar con el ejemplo, hay que persuadir a todos los mexicanos… de que tenemos un deber para con la nación…”

Anécdota aparte cuenta Pino Desandoval que, al término de aquel desayuno se le acercó al licenciado González Avelar y le dijo, en clara alusión a que González Avelar le había impedido al entonces Secretario, hoy candidato y seguro presidente, firmarles los vales por los seis desayunos, ¡los correspondientes a su presidencia!

“mire niñito, a mi no me regale ningún Paseo de la Reforma pero tampoco se meta en los asuntos de Veinte mujeres…”