Por Claudia Pérez Atamoros
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¿En perseguirme, mundo, qué interesas?
¡En qué te ofendo cuando solo intento
poner belleza en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas!

El 12 de noviembre de 1979, hace 44 años, se instituyó -en México- el Día Nacional del Libro en honor de Sor Juana Inés de la Cruz de quien además en este año se festeja el  375 aniversario de su natalicio.

No fue un día al azar sino pensado para abrazar (con pasión) la obra de una insigne mujer y abrazar la difusión de la lectura en nuestro país, una nación en donde el promedio de lectura personal anual no llega a cuatro libros.

Retratada una y mil veces esta Juana no es una Juana más pero si otra y primera, quizás, Juana sin miedo.

Es Inés, también. No sufrió en la cruz aunque se hizo Sor. Sor Juana Inés de la Cruz. Monja al fin. 

De Asbaje o de Asuaje. Ramírez primero y al final de Asbaje, por delante del apellido paterno. “En el siglo me llamaba Juana Ramírez de Asbaje”, consignó en su testamento. Juana de Asbaje. 

Juana Inés de Asbaje Ramírez. La Décima Musa. La monja jerónima. La escritora. El Fénix de América. La mujer. La poeta. La primera feminista. La del Siglo de Oro. La de los siglos, por los siglos… La novohispana. 

Mil y un veces tocada por artistas del pincel, por escribientes, por investigadores, por historiadores, por un sinfín de admiradores y hasta retractores.

La han imaginado de distintas formas, la han descrito de otras tantas más, la han inmortalizado en retratos, poemas y ensayos  y, sin embargo, Sor Juana no se ha dejado capturar jamás. 

Camaleónica a los ojos de los artistas visuales, plásticos, Juana Inés mujer, Juana Inés monja, es todas y es única. Es una y a la vez es inspiración de tantas.

En 1995, al conmemorarse tres siglos del fallecimiento de la musa inmortal, Sor Juana Inés de la Cruz, y con motivo del décimo sexto Día del Libro mexicano, fue presentada la obra Nueva Iconografía de Sor Juana Inés de la Cruz, autoría de “la sorjuanista de Excélsior”, Noemí Atamoros quien  en 100 páginas logró amalgamar la historia iconográfica de La Décima Musa, hasta entonces…. labor que a la fecha nadie ha intentado siquiera continuar. “Una verdadera pena” sostuvo la periodista siempre. “Alguien, de nueva cuenta, verá dinero y negocio en su imagen y quehacer -como en algún sexenio sucedió- y la pondrán, de nuevo, de moda, ojalá ojalá…”

En el prólogo, el inolvidable abogado y dramaturgo, Víctor Hugo Rascón, quien fuera presidente de la Sociedad de Escritores de México (Sogem), parafraseó aquel verso del soneto Este que ves… “Estos que vemos, engaños coloridos, son certeros silogismos de colores y no engaños de los sentidos”

Un volumen que hace un recuento de cuantas obras pictóricas de Sor Juana se sabía que existían basada en una acuciosa investigación hemero-bibliográfica y en entrevistas a expertos en el tema, destacando la labor realizada por Emilio Abreu Gómez en la que está considerada la primera Iconografía de Sor Juana Inés de la Cruz.

Así, quien fuera la presidenta de la Sociedad Cultural Sor Juana Inés de la Cruz, A.C. de 1977 a 1979, y profunda admiradora del Fénix de América, convocó en 1978 a más de 50 artistas a plasmar con su propia visión y emoción, a Sor Juana. La convocatoria fue muy exitosa.  Los creadores plásticos respondieron con obras de distinto corte, dimensión, técnica… La autora señala que “la visión del arte contemporáneo es recrear y volver a pensar los conceptos del pasado a partir de circunstancias actuales. Con estas obras, deja de ser única la imagen de los retratos antiguos y se fundamenta la intemporalidad del personaje”.

En La Nueva Iconografía de Sor Juana Inés de la Cruz -una obra con más de mil menciones en distintos libros y trabajos de investigación- los autores desmitificaron a la musa y no recurrieron a la ilustración convencional. Figurativos, abstractos, primitivos, fanáticos, todos, la retratan a su leal saber y entender y en cada obra, por increíble que resulte, se reconoce a la monja inmortal, a la Décima Musa.

No están todos los que fueron pero si están todos los que son porque este libro costó sangre, sudor y lágrimas… y mucho dinero, tiempo (17 años) e ingenio para lograr ver la luz. En más de tres exposiciones colectivas estuvieron juntas las 56 obras originales. Sin embargo, para la edición impresa, sólo se incluyeron a 29 (15 mujeres, 14 hombres) de ellos. La selección a color, el formato de arte y los interminables años que transcurrieron… no permitieron que los 56 se mantuvieran con el interés de participar. Pese a ello, se logró amalgamar en un solo volumen la obra de creadores plásticos de gran prestigio como Adir Ascalón, Puri Yañez, Elvira Gascón, Tina Villanueva, Javier Padilla, Laura Elenes, Evangelina Elizondo, Yolanda Quijano y Alfredo Castañeda, entre otros.

La Nueva Iconografía de Sor Juana Inés de la Cruz es un referente obligado de consulta para investigadores, historiadores e interesados en la imagen de la monja a través de los siglos. Así como el Museo del Centro Regional de Cultura Sor Juana Inés de la Cruz, en Nepantla, es lugar de visita indispensable siempre y más en estas fechas, para admirar las obras de la monja, pisar la tierra que le vio nacer y respirar el aire que a ella inspiró.

Este que ves, engaño colorido,que, del arte ostentando los primores,con falsos silogismos de coloreses cauteloso engaño del sentido;

éste, en quien la lisonja ha pretendidoexcusar de los años los horrores,y venciendo del tiempo los rigorestriunfar de la vejez y del olvido,

es un vano artificio del cuidado,es una flor al viento delicada,es un resguardo inútil para el hado:

es una necia diligencia errada,es un afán caduco y, bien mirado,es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
✍🏻
@perezata

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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