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Yo sí lo volvería a hacer

Una pequeña acompañó a su mamá a votar y también ella pidió que le pusiéramos la tinta en el dedo y antes de seguir avanzando volteó a verme y me dijo: yo también puedo ser presidenta de México ¿verdad?

Yo sí lo volvería a hacer
Karen Almodovar

Por Karen Almodovar
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Mi nombre es Karen Almodovar, tengo 32 años y si me preguntan qué fue para mi participar como presidenta de casilla en este proceso electoral del 2024 puedo decir que tengo sentimientos encontrados, porque en primer lugar al momento en que me notificaron que había sido seleccionada a través del sorteo fue como un tema de responsabilidad, automáticamente asumí cosas que no pasaron (gracias a Dios) pero empecé a sentir miedo conforme fue avanzando todo el proceso hasta llegar al día de la elección. 

Automáticamente por mi mente pasó la idea de que alguien buscaría  hablar conmigo buscando intimidarme o algún acto de ese tipo para que una o varias persona y/o partidos,  obtuviera algún beneficio o por los temas de violencia que se viven día a día, lo cual la verdad tengo que reconocer que no sucedió. Mis temores eran alimentados porque  conforme fui platicando que estaría como funcionaria de casilla todo mundo me decía que tuviera mucho cuidado que no dijera nada etc.  

Llegaron los tiempos de preparación, empecé a notar en el personal del INE o al menos con los que yo tenía contacto un sentimiento de desesperación porque entiendo que a ellos les exigían contar con todos los funcionarios necesarios para cubrir las casillas pero la gente no quería participar, y no encontraban cómo cubrir al 100% todas las casillas en el municipio de Hermosillo, vi todo el trabajo que le costó a esta la chica de nombre Monica, muy joven por cierto y muy trabajadora, poder completar los equipos en las casillas; muchos y muchas como ella, hicieron un esfuerzo muy grande.  

Llegó el día de la elección y a la casilla acudieron muchas personas que tradicionalmente han votado ahí, sin embargo, hubo un reacomodo en algunas secciones y de ello muchos electores se dieron cuenta al momento de estar ya en la mesa receptora y después de haber hecho fila de varios minutos. Como era de esperarse, ello provocó mucho enojo entre votantes y no dudo que algunos de ellos hayan optado por desistir de su empeño de emitir el voto. En descarga del INE debemos recordar que dispuso de los medios para que pudiéramos consultar con tiempo la casilla a la que debíamos acudir. 

En lo particular instalamos la casilla a las 08:20 hrs. y no hubo un solo momento en que no estuviera gente votando, es importante destacar que estuvimos en una escuela y pusieron dos casillas en un solo salón que no tenía las dimensiones para que las condiciones fueran óptimas, lo que generaba que la gente se enojara porque no había espacio. No faltaron personas que ante esto buscaron humillarnos, nos gritaron y en algunos casos nos arrebataron las papeletas. No hubo una sola incidencia o acto de molestia por representantes de los partidos políticos y salvo lo anteriormente comentado, la jornada fue tranquila.

¿Qué significó para mí participar en esta elección? La verdad es que fue un honor servir como funcionaria del INE en este momento histórico, en el que muchos mexicanos hemos decidido ejercer nuestro derecho a elegir a la que independientemente resultará, sería la primera mujer presidenta de México. Particularmente destaco de este día un hecho que me llenó de emoción y esperanza: una pequeña acompañó a su mamá a votar y también ella pidió que le pusiéramos la tinta en el dedo y antes de seguir avanzando volteó a verme y me dijo: yo también puedo ser presidenta de México ¿verdad? 

Y en ese momento entendí todo; entendí que independientemente del resultado era un día histórico,  un día en que millones de mujeres que son nuestras ancestras soñaron; era ser parte de la historia y sobre todo era parte de empezar a escribir un nuevo futuro para todas. 

Me quedó claro que debemos tener una nueva era donde la inclusión y la equidad sean el eje central de todas las políticas públicas y de todas las acciones que como ciudadanas y ciudadanos podemos ejecutar porque es nuestro derecho. 

Ser parte de este momento me obliga a seguir trabajando para que todas las mujeres sepan que lo que sueñan es posible y que todas las niñas y niños aprendan que con su voz pueden cambiar el mundo. 

Por otro lado, también me llena de angustia el hecho de que en lo personal estoy esperando mucho de un futuro incierto, de un futuro donde quiero reafirmar que las mujeres podemos, que somos fuertes y capaces, pero para que eso pase ocupamos un gobierno incluyente que ponga en el centro de sus decisiones a las y los ciudadanos, que escuche pero sobre todo que sea autónomo, respete las condiciones de todas las personas y que sea justo en su actuar. 

Obviamente, fue una elección llena de contrastes, retos y aprendizajes para todas y todos .  Contar los votos, levantar las actas, publicar los resultados y trasladar las urnas se convirtió en un acto de amor a la democracia.

Finalmente creo que los Organismos electorales deben perfeccionar la organización de la jornada, recomiendo a quienes se resisten a ser funcionarios de casilla, que se permitan vivir la experiencia es solo un día, muy cansado pero muy satisfactorio. Me felicito de haber atestiguado actos de cortesía y respeto de muchas personas que facilitaban el acceso a las personas de la tercera edad o con discapacidad. Aspiro a la empatía de los ciudadanos para con quienes el día de la jornada fungen como funcionarios de casilla. Yo sí lo volvería a hacer.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.