El “romanticismo” de la ética en la justicia

Sí soy romántica desde la mirada de las personas que comulgan con el clasismo, con el materialismo, es decir, los antihumanistas.

El “romanticismo” de la ética en la justicia
Lourdes Molina

Por Lourdes Molina
audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/378.672

A propósito de que en dos ocasiones me han llamado “romántica” por defender los valores de estado de derecho y seguridad jurídica, es momento de compartirles algunas vivencias en mi ejercicio profesional en el cual por defender dichos conceptos de justicia me he ganado el citado adjetivo calificativo.

Después de varios años en el cargo de jueza civil y mercantil en el Estado decidí concursar para magistrada del Estado que designa el poder legislativo en Baja California con mayoría calificada de 17 votos. Concursé en 11 ocasiones siempre respetando los procedimientos adecuados y siempre que lo hice había un factor de negociación “política, de aportación o propuestas” que provocó que no llegara. 

Corría la XXI (2013 al 2016) legislatura,  cuando un día antes de la votación para la designación un diputado por el Partido de Baja California me citó. El motivo: darme la noticia de que contaba con 12 votos y, la buena nueva era que él representaba 5 votos que me faltaban para ser designada. Mi respuesta fue: “que buena noticia”, y continúa el legislador y me dice: “cómo nos arreglamos”.

Le pregunté “cómo”, a lo que me respondió: “sí, mire, usted aspira a un cargo de 120 mil pesos al mes, eso multiplicado por 12 meses y por 15 años, esto es lo que va a ganar, mostrándome el resultado en la calculadora de su celular”.

A lo que respondí: fijese que no tengo dinero”, pero aquí esta mi carta de vida, tenga la certeza de que si deciden votar por mi jamás tendrá reclamo de mi actuar, fui la mejor evaluada, con más capacitación y actualización y con un expediente intachable.

A esto me respondió: “y yo dónde leo” (en alusión a qué sacaría el de provecho). 

A lo que le respondí: la tranquilidad de saber que designaron a quien legítimamente le correspondía el nombramiento; seguidamente el legislador me dijo: “no sea romántica, así no funciona el sistema, en México las cosas no son así”, y agregó: “nunca va a llegar pensando así; es su oportunidad”.

A lo que le respondí: “le insisto, no tengo dinero, pero si lo tuviera no me lo gastaría en usted; me iría de vacaciones con mis hijos, me compraría una casa o un carro, me haría un regalo, pero nunca me lo gastaría en usted”.

El resultado: nadie logró 17 votos; y la lista de aspirantes se devolvió al poder judicial bajo el argumento de que ninguno de los participantes habíamos resultado elegibles. 

Ahora saben cuál fue la verdadera razón por la que no se designó magistrado o magistrada en dicha legislatura.

Pues bien, una década después, ahora desde el ámbito privado, un abogado me aludió cómo romántica al ofrecer una solución en base a derecho y tomando en cuenta y protegiendo a los derechos humanos el empresario y de los trabajadores. 

Él me llamó romántica al ofrecer esa solución y no una “triquiñuela” de bajo perfil que a la postre sería un problema para el empresario, y para él “un negocio posterior”, ya que los ciudadanos confían en los abogados que por décadas han desfalcado a clientes privados con soluciones no sustentadas que a la postre y serán declinadas si se encuentran a un juzgador “romántico” que decida en base a derecho. Raro , ¡pero los hay! 

Y todo lo deja a la vieja práctica de “mordidas” que ha sido el motor de la justicia en México y que hoy estamos combatiendo. 

Un buen trabajo en derecho en algún momento dará fruto.

El abogado, a pesar de que el nuevo dueño del giro decidió permanecer con la misma planta de trabajadores, proponía realizar nuevos contratos laborales a los empleados, firmando un documento de rescisión o terminación de la relación laboral sin entregarles a los trabajadores una copia u original; es decir, solo se firmaría un ejemplar y quedaría en poder del patrón que vendió el giro.

Aunque se reconoce que las propuestas coinciden con antiguas prácticas o estrategias de futura litigación, sin embargo, a partir de la reforma a la Ley Federal del Trabajo publicada en 2019, dichas sugerencias pueden colocar en problemas al comprador del giro y en desventaja los derechos de los trabajadores; aunado a que además de que el anterior patrón es obligado solidario por 6 meses en cualquier contingencia que suceda con los trabajadores, esto por disposición de la ley. 

Al exponer lo anterior, el abogado de la  empresa argumentó que: “es que la abogada es muy romántica, propone dicha solución por su antecedente de jueza, todo lo quiere derechito, cómo dice la ley. Como abogado de empresa, voy por los intereses del empresario, si debo realizar laberintos, pues se hacen, para proteger al empresario, por eso se deben firmar documentos por adelantado, aunque no representen la realidad de los hechos, los patrones no tienen manera de ganar un juicio laboral contra un trabajador”.

Anécdotas que invitan a la siguiente reflexión: partiendo de la base de que la característica fundamental del romanticismo es la ruptura con la tradición clasicista, de rasgo revolucionario, en búsqueda constante de auténtica libertad, es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida, al ser humano, que un sentimiento romántico es aquel que requiere de algo trascendente para ser expresado, un movimiento  centrado en el individualismo, el subjetivismo, un culto al yo fundamental.

De ésta manera los líderes de este movimiento se les cataloga como rebeldes en pro de la libertad, sensible, comprometido, empático.

Y si conforme a la reforma constitucional de 2011 en materia de derechos humanos, los jueces y todas las autoridades están obligadas a brindar la protección más amplia a los derechos humanos de las personas; aunado a que el derecho ha reconocido los derechos de los animales y de la naturaleza; vale la pena hacernos las siguientes interrogantes:

¿Puede una persona insensible, o diferente, desleal, injusta brindar la protección más amplia a los derechos humanos?

¿Una persona clasista es capaz de privilegiar los derechos humanos de los demás? 

¿La ética debería formar parte esencial de la enseñanza desde los primeros grados, sin interrupción, hasta la licenciatura e incluso los postgrados? 

Efectivamente soy una apasionada por la búsqueda de la verdad, respeto a la dignidad y pro justicia, sólo de esta manera se cumple con la norma constitucional y los compromisos internacionales de México relativos a brindar la protección más amplia a los derechos humanos de las personas. Sí soy romántica desde la mirada de las personas que comulgan con el clasismo, con el materialismo, es decir, los antihumanistas.  

*Lourdes Molina es doctoranda en el programa de Derecho Procesal Constitucional y Derechos Humanos y Especialidad en Derecho Civil, por UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA, es maestra  en Derecho Constitucional y Amparo por UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA; ha sido juez primero civil y juez décimo de lo civil especializada en materia mercantil, secretaria proyectista y secretaria de acuerdos de primera instancia; y abogada litigante; docente e instructora del Poder judicial local y federal. 

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes.